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Costa Rica Costa Rica · Guápiles
Voto de 10P24H:
9
Drama. Bélico En 1990, estalla la guerra en una provincia georgiana que busca la independencia. Ivo, un estonio, decide quedarse, a diferencia del resto de sus compatriotas, para ayudar a su amigo Margus con la cosecha de mandarinas. Al comenzar el conflicto, dos soldados resultan heridos delante de su casa, e Ivo se ve obligado a cuidar de ellos. (FILMAFFINITY)
5 de marzo de 2015
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película ambientada en el año 1990, en el contexto de la Guerra georgiano-abjasia, conflicto donde la población de la provincia de Abjasia buscaba independizarse de Georgia, razón por la cual comenzaron a expulsar a los pobladores de origen georgiano, además de esto, dentro de los beligerantes se contaban con rusos de lado de los abjasios y chechenos de lado de los locales.

La trama del film, involucra a Ivo (Lembit Ulfsak) y Margus (Elmo Nüganen), ambos estonios, de los pocos que quedan en la zona luego de arrancar el conflicto, el primero es una persona mayor que labora en madera, el segundo tiene un sembradío de mandarinas que están para cosechar, se encuentra preocupado porque parece que se van a perder al no poder contar con personas que le ayuden a recogerlas.

Un buen día, sucede un encontronazo entre bandos rivales cerca de las casa de estos hombres, da como resultado varios muertos y dos sobrevivientes, uno de cada bando, malheridos, uno más que otro, Ivo no lo piensa dos veces para recibirlos en su casa y ayudarlos a recuperarse. Pero a su vez, pronto tendrá que hacer frente a que los dos desean matarse y lo buscarán.

Mandariinid es un film con un claro corte antibélico, de justos 87 minutos que calzan perfectos, una obra pequeña que explora una guerra en un apartado más íntimo y humanista. Una puesta en escena hermosa, deslumbrante, una ambientación muy bien conseguida, las mandarinas la excusa de Ivo para quedarse, la razón de peso se conoce sobre el final, Margus siente que peca si no las cosecha.

Un drama que logra colar a la perfección el sentido del perdón que se va traslapando con la amistad, pero justo en el momento en que todo pareciera ir bien, Urushadze quien también es guionista, da una bofetada al espectador, una patada allá donde más duele para recordarnos el contexto en el que el film se desarrolla y para responder al sentido vacío de un conflicto bélico que no diferencia nada de nada.

Mandariinid es una obra enorme en su simplicidad, que va creciendo conforme avanza el metraje, que a pesar de la crudeza del relato y de los minutos finales, deja un halo de esperanza sobre el cierre gracias a todo el texto que se ha visto y con algo tan básico como un casete. Interpretaciones formidables para unos personajes que van generando empatía poco a poco.

Sublime película.
10P24H
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