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Costa Rica Costa Rica · Guápiles
Voto de 10P24H:
9
Drama Estados Unidos, en plena época de la Gran Depresión. En medio de un ambiente de terrible miseria, gentes desesperadas, de toda edad y condición, se apuntan a una maratón de baile con la esperanza de ganar el premio final de 1500 dólares de plata y encontrar, al menos, un sitio donde dormir y comer. Mientras los concursantes fuerzan los límites de su resistencia física y psíquica, una multitud morbosa se divierte contemplando su ... [+]
14 de junio de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con el telón de fondo de la Gran Depresión económica de la década de los 30 en Estados Unidos, el film, basado en una novela homónima de Horace McCoy con guion a cargo de James Poe y Robert E. Thompson, se centra en un grupo de parejas de baile que acuden a un salón-bar-estadio-circo-hotel-hospital donde se realizará una maratón para ver cuál pareja resiste más tiempo en la pista de baile y se lleve el premio de $1500 en plata. Además del baile, deben sortear algunas que otra prueba extra, hacer “números” para ganar algunos centavos más y luchar contra sus propios demonios internos.

El dúo protagonista está conformado por Gloria (Jane Fonda) y Robert (Michael Sarrazin), jóvenes desdichados que más por azar que otra cosa participaran en dicho concurso como pareja de baile. Pero a su vez, la obra presenta un elenco grande donde el realizador saca el mayor provecho de todos, aunque no sean los principales, Susannah York como Alice, Bruce Dern como James, Red Buttons como el marinero y ni que decir, Gig Young como Rocky.

Hasta aquí parece ser una película sobre una lucha por ser el mejor (o más resistente) en el salón de baile, pero la realidad es otra y es muy cruel. They Shoot Horses, Don’t They? saca a relucir dos vertientes muy bien definidas pero apegadas una a otra, siendo que son casi, como una ley no escrita de la vida: la necesidad de unos versus el aprovechamiento de otros. Es así como con el pasar del metraje se comienzan a detallar los horrores existenciales de estos individuos, que están ahí no por gusto, sino por necesidad, de tener un techo donde “dormir”, vigilancia médica y comida. Pero está el lado representado por Rocky, el animador quien maneja el maratón, que sin piedad humilla a estas personas con tal de sacar provecho económico de todo.

La obra cuenta con dos horas de metraje, de los cuales un noventa y tanto por ciento acontece dentro de este lugar donde se realiza el concurso, en este punto es vital mencionar la dirección de Pollack para mantener a flote su trabajo, nunca agota su cámara mientras danza alrededor de los bailarines, o en los cuartos de descanso, en las gradas sobre las personas que asisten a observar, movimientos muy bien pensados y manejados, ni que decir de las secuencias de las carreras que se hacen a lo interno del concurso, un ejercicio enorme. Ayudado en este punto por el monumental trabajo de montaje a cargo de Fredric Steinkamp.

Para finalizar voy a hablar de la secuencia inicial del relato, un flashback de Robert que recuerda un momento de su infancia con un adulto y un caballo, cuestión que le da sentido total a ese brutal cierre que plantea la película, porque de finales brutales está este y poco más, aunque por incongruente que parezca, con un tono de humanismo ante tantos problemas dentro del contexto ya mencionado. Gran obra.
10P24H
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