De momento (y al parecer) la última película de este extraordinario realizador argentino, donde con mano sobria y con la experiencia de más de 25 años de carrera, muestra la existencia de un hombre con una vida vacía, siendo más que un film, el diario personal de este individuo.

Es así como se logra ver la infancia del personaje principal, sus años de juventud y entrada a la adultez, las mujeres de su vida, sus relaciones familiares y amistosas, sus placeres, trabajos, desilusiones, su ida a España.

La vida de Joaquín -sinceramente- no me parece tan lamentable como para que se haya convertido en el ogro que es, un hombre que disfruta los placeres de la soledad, desfases amorosos, pérdida de personas importantes en su vida pero no mucho más.

Como es costumbre en el cine de Aristarain mete temas políticos muy bien llevados, que no se sienten forzados y mucho menos incomodan en el metraje, bien para tomar un poco de conciencia social.

En términos generales una buena película, tal vez se extienda más de lo debido, pero esto es un detalle menor, en realidad se disfruta bastante sin ser tampoco la mejor obra de este director.