Berlín, 1931. Sally Bowles (Liza Minnelli) es una chica estadounidense que trabaja en el Kit Kat Club, un alegre cabaret donde números musicales y muchas mujeres entretienen al público, ella sueña con convertirse en una estrella de cine. Un día, llega a la pensión donde vive Brian Roberts (Michael York), un inglés que llega a Alemania a dar clases de su idioma natal. Un encuentro llamativo que funda desde un inicio una amistad y que da todo para pensar que también algo más.

Tres años después de haber estrenado su ópera prima Sweet Charity, el realizador Bob Fosse presenta Cabaret, un film que al igual que su predecesor es del género musical y con un personaje femenino a la cabeza como protagonista. Sin embargo, ambos aspectos se encuentran mejor retratados en esta obra, dejando los bailes y las canciones para escenas dentro del cabaret, con temas que se van relacionando con el argumento, en este aspecto, Fosse sin duda entiende lo desgastado del género por lo cual decide variar un tanto su presentación.

En cuanto a Sally, es un personaje igual de carismático que el que interpreta Shirley MacLaine en Sweet Charity, pero no tan inocente y exasperante como este último. La labor de Minelli es sobresaliente, bajo toneladas de maquillaje encarna a la perfección a esta mujer. En realidad todo el elenco es bastante consecuente con el buen nivel que maneja el film en todos sus apartados.

La película está basada en los musicales de Broadway que fueron llevados por John Van Druten y Joe Masteroff, que a su vez se basaron en el libro The Berlin Stories (1939) escrito por Christopher Isherwood, cuenta con guion de Jay Allen y fue musicalizada tanto por John Kander como por Fred Ebb. El film además de la historia central va mostrando paralelamente el ascenso del nazismo en Alemania, el comienzo del acoso a la población judía, la violencia y represión contra los comunistas.

Cabaret es un film agradable de ver, una obra atractiva con una historia con anhelos de superación, un romance manejado de forma excelsa que no empalaga nunca, incluso es llevado con un par de sorpresas que enriquecen la propuesta. Incluso, por la forma en como el musical es presentado, quienes no sean fans del género pueden llegar a disfrutarlo. Buena película.