Estoy haciendo un repaso de las películas que me pasaron desapercibidas del “Chuache“ en estos tiempos, y le ha tocado el turno a “Raw Deal“, o “Ejecutor“, como se la conoce en España.

En esta ocasión Arnold es un policía “exiliado“ a un pequeño condado por ciertos comportamientos, al que se le da la oportunidad de volver a ser lo que era. ¿Su misión?: introducirse en una familia mafiosa y desbaratarla desde dentro.

La primera parte de la peli, con nuestro héroe haciéndose hueco en la familia, liándola parda a escondidas y demás no está mal, pero la peli se me hizo muy, pero muy cuesta arriba, hasta tal punto que un poco después de la primera mitad, ya había disociado totalmente y pasé buena parte de la segunda mitad pensando en mis cosas sin hacerle mucho caso a lo que iba pasando, pues no me parecía de mayor interés.

Mucha acción, sobre todo en toda la parte final, y la verdad, poco más. Una peli poco atractiva donde lo único que hay que ver son tiros y más tiros.