Película que mezcla sin demasiado acierto el cine de catástrofes, la aventura espacial y la intriga política que nos cuenta como ante una sucesión de devastadores sucesos climáticos la comunidad internacional se ve obligada a buscar soluciones. El ingeniero espacial Jack Lawson (Gerard Butler) recibe el encargo de diseñar una red de satélites para neutralizar los caprichos meterológicos, todo funciona correctamente durante tres años hasta que la estación empieza a fallar poniendo en peligro a toda la humanidad. La película siendo una mezcla poco acertada de tantos géneros se ve lastrada además por situaciones narrativas ilógicas, personajes con poco carisma, chistes fuera de lugar y un torpe sentimentalismo sin contar además que este tipo de películas basan su éxito en las escenas de destrucción que aquí son pocas y nada espectaculares.
En resumen, película catastrófica que no merece ni el calificativo de serie B, un bódrio total.