Serán aproximadamente los que venga a dar el bueno de Gerald Butler a lo largo de todo el metraje de London has fallen. 300 hostias muy bien dadas a los malvados terroristas que quieren acabar con su jeje/presidente/colega. Cuando uno encara películas de este pelaje sabe a lo que va, así que echarse las manos a la cabeza por oír frases panfletarias del tipo 'los americanos seguiremos aquí dentro de mil años' no tiene mucho sentido. Te la tragas entre sopapo y hostia bien dada, así; sin vaselina y con alevosía.
Otro tema es que el espectáculo pirotécnico no esté a la altura, que no lo está. Así, la mayor parte de las explosiones que sufre Londres están rodadas desde lejos y cantan a CGI bastante. Y eso sí que no tiene perdón, que te escamoteen el espectáculo duele más que un buen guantazo de Gerald.
Además tenemos a Morgan Freeman haciendo de nuevo de Morgan Freeman por enésima vez. La verdad es que cansa este hombre a la par que sorprende su pacto con el diablo para no envejecer.
Aaron Eckhart cobra el cheque por poco más que lucir hoyuelos. Hay que reconocerle la habilidad.
Pasable sin más.