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Voto de Perséfone:
8
Drama Noviembre de 1973, New Cannan (Connecticut). La liberación sexual tan de moda ha llegado a los barrios residenciales y ha salpicado a las acomodadas y tradicionales familias americanas, que, de pronto, se aficionan al intercambio de parejas. Ben Hood pretende acostarse con la vecina de enfrente, pero su esposa empieza a estar harta de las mentiras de su marido. En la noche de Acción de Gracias, una serie de acontecimientos lleva a los ... [+]
30 de septiembre de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se trata de una familia en descomposición respecto a aquélla familia feliz de los años sesenta: con su utilitario, su casa de madera y el pequeño trozo de césped donde el chico de los periódicos lanzaba el diario desde su bicicleta. La leche en el quicio, el pequeño burgués que sale en bata y zapatillas mientras su esposa muy cool, con tacones y maquillada le prepara un estupendo desayuno con huevos revueltos, el bus school aparcado esperando a los pequeños retoños...
Esta es una familia de los setenta y como las cosas han cambiado, también los gobiernos, y además es un oriental quien disecciona y retrata, pues es bastante distinto. Para empezar el mito de la happy family se ve triturado por una liberación de la mujer que ya tuvo lugar sin embargo en los 60, y que tiene como resultado no aquél amor libre hyppioso, sino un intercambio de parejas entre los cuatro que se codean o que pertenecen al mismo status. La mujer ya no es la típica ama de casa creada para satisfacer a su esposo, de profesión normalmente publicista. En cambio busca como ser independiente que es, al igual que su marido, el último grito en la búsqueda de sensaciones dentro de una sociedad acabada y sin rumbo.
Por otra parte los hijos de los setenta ya no reparten periódicos, ni ganan unos dólares por cortarle el césped al vecino, sino que son unos seres más complejos, más introvertidos, menos sociales y comunitarios, y en su lugar se circunscriben a un mundo propio suyo que hacen exclusivo y en el que también están interesados en la búsqueda de sensaciones nuevas. No son tan niños.
Esta disección a golpe de bisturí de hielo hacen de esta historia una cinta verdadera, crítica e inexplicablemente enigmática, pese a que cuente relaciones cotidianas entre padres, hijos, vecinos y amigos.
A destacar la impresión de gelidez que domina el film, metáfora de la situación en la que ha quedado la familia burguesa norteamericana. Esta ambientación gélida está tan bien construida como en "Déjame entrar". Paisajes helados donde se desarrolla una vida que deja rastro en la nieve.
Perséfone
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