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Voto de ChristianBlanco:
5
7,0
75.676
Comedia. Drama
Después de hacerse famoso interpretando en el cine a un célebre superhéroe, la estrella Riggan Thomson (Michael Keaton) trata de darle un nuevo rumbo a su vida, luchando contra su ego, recuperando a su familia y preparándose para el estreno de una obra teatral en Broadway que le reafirme en su prestigio profesional como actor. (FILMAFFINITY)
7 de abril de 2015
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Atrapado en el experimentalismo y la esquizofrenia al estilo de Naked Lunch (1991), González Iñárritu nos ofrece un filme victimista sobre la cara oculta de la fama, en la piel de un actor llamado Riggan (Michael Keaton) que está pasado de moda. El NY Times vuelve a hacer la pelota (llama al filme “revoltosamente fanfarrón”), y el Diario Clarín pone las cartas sobre la mesa. El papel de Edward Norton, lo único destacable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Aunque Iñárritu no haya sido tan paranoide como otras veces (Naran Ja, 2012), esta vez no se ha quedado corto. Mientras que al cámara le dan venazos de avant-garde innecesarios –gira durante cinco minutos sobre una mesa en la que discuten Riggan y Mike–, al batería dan ganas de matarle y resucitarle por Keith Moon, y uno acaba prefiriendo el Metal Machine de Lou Reed. Aparte de la curiosa dicotomía teatro-cine que se amalgama, el objetivo de la película es bien otro: Apenarnos por el actor (de Broadway) que ha pasado de estar “forrado” a no “comerse un rosco”. Si antes los artículos wikipeidísticos, las revistas del corazón y las leyendas urbanas no fueron suficientes, ahora Birdman es el colmo. Ese morbo por el escándalo, y en último término, el suicidio –Riggan se marca un Amy Winehouse–, hace que se siga alimentando el cine comercial actual. Y estrenar una película con tal finalidad no resuelve las cosas. Es de señalar además, la intolerancia que plasma la película, ante el papel del crítico –en una escena, Riggan en pleno fracaso y embriagado, le culpa de su decadencia a una crítica cineasta que pasaba por allí–.Nos nos engañemos, si el actor famoso cae, es porque hay varios factores que le propugnan a la caída, entre los más destacables, la demanda del público y la elección del cine actual, que con la fórmula película=beneficio, elabora una cartelera comercial donde aparecen los de siempre y lo de siempre. El crítico no destruye, si no que deconstruye, para que se siga construyendo.
Este año, los Óscar han estado muy discutidos, y Birdman se ha sobrevalorado –Descifrando Enigma ha recuperado la historicidad del cine, y Grand Hotel Budapest ha sorprendido por su vestuario, guión y dirección artística–. Desde luego, la New Regency Pictures (productora de Birdman), nos ha defraudado –ya que pareció tocar el cielo con 12 años de esclavitud (2013)– y otra vez ha vuelto a caer en el morbo del escándalo (El club de la lucha, 1999). Esto acaba cansando, y Broadway sigue publicitándose: Si Burt Lancaster y James Dean lo vieran, enmudecerían.
Christian Blanco
Este año, los Óscar han estado muy discutidos, y Birdman se ha sobrevalorado –Descifrando Enigma ha recuperado la historicidad del cine, y Grand Hotel Budapest ha sorprendido por su vestuario, guión y dirección artística–. Desde luego, la New Regency Pictures (productora de Birdman), nos ha defraudado –ya que pareció tocar el cielo con 12 años de esclavitud (2013)– y otra vez ha vuelto a caer en el morbo del escándalo (El club de la lucha, 1999). Esto acaba cansando, y Broadway sigue publicitándose: Si Burt Lancaster y James Dean lo vieran, enmudecerían.
Christian Blanco