He de decir que, en mi opinión, este film no le llega ni a la suela de los talones a aquel otro, del mismo director, que lleva por título "Rosmary's babe", y es que la comparación es forzosa.
Ambos tienen como telón de fondo un asfixiante paisaje de vecinos entrometidos, extraños y malévolos, sin embargo la primera no resulta tan pretenciosa y además tiene una buena dosis de originalidad, factores que se conjugan a la perfección y nos ofrecen un espectaculo de terror psicológico a un tiempo macabro y sorprendente.
Sin embargo, "El quimérico inquilino" parece que busca ir más allá, que quiere trascender lo logrado, pero para ello repite la fórmula ensayada anteriormente, con lo cual el fiasco está asegurado, hay que arriesgar más.
No me interpreten mal, la película está realmente bien; las interpretaciones son muy reseñables, la banda sonora es acertadísima, la fotografia es muy buena, la forma en que transmite la ansiedad del protagonista (R.Polanski hace un papel maravilloso), lo claustrofóbico del apartamento, ese punto de pesadilla aterradora en que consiste la revelación de una mente que se va perdiendo poco a poco, está realmente logrado, francamente bien... pero, ni da miedo, ni alcanza el nivel del título mencionado anteriormente.
No me gusta desvelar absolutamente nada de las películas sobre las que se ejerce crítica, y es por ello que no lo haré, sin embargo si puedo decir que esos momentos que tiene toda película de terror, esos que te hacen asustarte de veras, esos que te hacen estremecer en el asiento, están en esta cinta muy decafeinados, es decir, las ideas que se ponen en liza son fantásticas, pero no así la forma de plasmarlas finalmente en la pantalla, a esas ideas puede sacársele más fruto.
Una de las cosas en que pienso cojea la película es en el giro final, que humildemente, aunque algunos lo consideren genial, a mi me parecía profundamente previsible.

Estamos, en definitiva, ante una buena história, con desniveles en el ritmo muy acusados lo que provoca que en ocasiones se haga cansina, algo a lo que contribuye el saber de antemano el final por obvio que resulta, y el hecho de que practicamente de un fotograma a otro al protagonista se le vaya la olla, pero al margen de esto, que se puede realmente dejar al margen porque la cinta tiene calidad, la película es muy disfrutable y merece la pena, eso sí...de miedo nada.