Woody Allen nos trae una especie de nuevo género cinematográfico: la película-documental. En esta curiosa obra, se nos narra la vida de Leonard Zelig, el cual sufre una extraña deformación psico-genética. En ella no falta el humor ácido de Woody con su irradiente ironía, si bien en algunos momentos su visualización se hace un tanto extraña.
Otra cosa interesante son las técnicas usadas en el film para recrear las imágenes de la época, y algunos montajes son de lo más divertidos y curiosos (ver al peculiar Woody Allen junto a Adolf Hitler no tiene precio).
En definitiva, entretenida y muy recomendable para todos aquellos que anden deseosos de ver cosas nuevas en el arte del celuloide.


P.S. Me parece bastante mal que no se subtitulen muchas partes del "documental" que aparecen en versión original (ya sea en inglés o en alemán).