Me gustó con sus virtudes y defectos. Es uno de esos cortos redondos en donde el final es igual al comienzo, dando una idea de repetición. No sé si hay que buscarle una metáfora, pero la puede tener perfectamente. Es tan simple que te gusta o no y punto. A mi me gustó porque siempre me han interesado las películas de ciencia ficción y terror, y veo que está a la altura.

Destaca el silencio en el interior de la cabina (los micrófonos solo captan lo que ocurre fuera, y lo que vemos del actor son sus reacciones y expresiones), seguramente para acentuar más el aislamiento.

Se remarca esa sensación de que todos son (somos?) meros espectadores pero casi nadie dá una mano para ayudar a quien tiene un problema, y cuando esto sí ocurre no es para ofrecer una solución real.

Pensemos: el horror a veces pasa delante de nuestras narices?