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Voto de Revolamenica:
6
Comedia. Drama. Romance La aventura entre un hombre mayor (Laurie) y la hija de un amigo suyo provocará un giro inesperado no sólo en su vida, sino también en la de las respectivas familias. El problema principal surge cuando el hijo de ese hombre (Brody), que está enamorado de la chica, se entera de que ella mantiene un apasionado romance con su padre. (FILMAFFINITY)
20 de diciembre de 2012
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El primer escollo que debe salvar el espectador al abordar esta película es el funesto título que le han dado en España (en Italia, con el quasi berlusconiano “Scusa, mi piace tuo padre” nos han superado en la cutrez), cuando el título original “The Oranges” (referido a la zona de Nueva Jersey en la que transcurre la acción) es mucho más sugerente y, desde luego, mucho más fiel al espíritu de la película. No tiene el carácter de la comedia al uso que se deduce del título español: bien alejada queda del canon de los títulos “La/El x de mi y”; ni la película trata de la hija, ni del amigo, ni de él, y probablemente, ni tan siquiera pueda etiquetarse como comedia. Y es que esta película es la contradicción materializada, y no es que eso sea malo, sino que en este caso, sencillamente, no termina de funcionar.

Partiendo del exquisito plantel de actores que constituyen los “padres”: Hugh Laurie, Catherine Keener, Allison Janney y Oliver Platt; verdadero sustento de la película (y la razón para verla), el argumento se construye en torno al cataclismo que supone que David (Hugh Laurie) y la hija pródiga (y única) de sus vecinos y amigos, Nina (Leighton Meester) se enamoren, rompiendo así el status quo de dos familias de un suburbio de clase media-alta de Estados Unidos de enormes casas de madera con jardín, amas de casa ociosas y maridos infantilizados, en el que todo parece de color de rosa, pero en el que la procesión va por dentro.

El planteamiento, la ruptura, es prometedor, no innovador, pero sí con buenas intenciones; no pretende ser moralizante (por desgracia termina siéndolo), y el tema principal del argumento es la búsqueda de la felicidad, o al menos de la autorrealización personal por encima de las convenciones sociales y cómo a veces es necesario romper con todo para empezar a construir con cimientos mejor fundados.
Aunque la acción es eficientemente narrada por Vanessa (la sólida Alia Shawkat), hija de David, y ex-amiga de Nina, la película va perdiendo ritmo conforme transcurren los minutos y empieza a hacer aguas pasada la primera mitad en un maremágnum de falta de acción en el que el principal problema es que no se muestra el supuesto amor que se profesan Nina y David. Si bien es cierto que salva la situación Hugh Laurie, aquí con el look de tierno y guapetón cincuentón en crisis, quien con una sola mirada puede decir mucho más de lo que esté escrito en el guión, la plana réplica de Meester deja bastante que desear; aunque lo más desconcertante es que no tienen escenas en las que se muestre ni convivencia, ni conversaciones en las que expresen “algo”, y no, ni una sola escena íntima, ni tan siquiera sugerida. Es cierto que la película sufrió un re-montaje para su estreno comercial tras su exhibición en el Festival de Toronto en 2011, y es sabido que se eliminaron ciertas escenas (entre ellas la escena de cama, todo sea dicho) que habían provocado ciertos comentarios negativos por parte de la audiencia (América...). Probablemente el montaje original era mejor, o quizá no, no lo sabemos, pero está claro que con éste todo queda en la superficie y difícilmente creíble. Tampoco se explora la relación con el resto de personajes pero, proporcionalmente, quedan mejor dibujadas (especialmente la relación de David con su hija, y con su amigo y padre de Nina) que la de los supuestos “protagonistas” y es que son excesivos los cortes de plano y los fundidos a negro que dejan demasiado trabajo al espectador para que construya la historia.

En definitiva, una película que se deja ver, sobre todo por el talento de los actores (aunque sea infrautilizado), que te hace reflexionar y alguna vez reír, que podía haber sido muy buena, pero que se quedó en el camino (o igual en la sala de montaje).

Lo mejor:
el trasfondo del argumento
la visión crítico-sarcástica de las festividades del American way of life
los ya citados actores: Laurie, Keener, Janney, Platt y Shawkat,
algunos diálogos punzantes,
las escenas más cómicas de la película.

Lo peor:
falta de profundidad en las tramas,
no se muestra ningún tipo de compromiso en la relación central, especialmente por parte de Nina (Meester mostraba más deseo hacia Laurie cuando apareció en un par de capítulos en la tercera temporada de House...),
el viaje a Atlantic City y la escena de la playa (¿en serio?)
montaje errático (con numerosos fallos de continuidad) y falta de ritmo,
desde demasiado pronto el espectador sabe cómo acabará todo,
el final de la película no es fiel al mensaje que ha ido vendiendo desde el minuto uno.
Revolamenica
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