El mal ajeno es una ambiciosa ópera prima que, por desgracia, no logra superar la fuerza de su argumento. Los males son muchos: las historias no están bien hilvanadas y las justificaciones finales, que deberían sorprendernos, se alargan sin sentido y sin emoción. Más problemas: no me creo el personaje de Noriega, un actor que deja (aún) mucho que desear. Por parte de Oskar Santos, su esmerado director, se intuye imaginación y cinefilia, y los naufragios de este mal tan benigno dan rabia. El mal ajeno quiere contar algo, descubrir qué película es a medida que avanza la trama. El resultado es una mutilada obra fría, con demasiados parches. Menos mal que Clara Lago está para alegrar la fiesta: se come sin ayuda a todo el reparto. No hay excusas: El mal ajeno es una mala película. Y apuntaba a exitazo del año...

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities http://cachecine.blogspot.com