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España España · Cinecittà
Voto de Xavier Vidal:
8
Thriller Peping, un estudiante de criminología, es reclutado por su compañero de clase, Abyong, para trabajar cobrando el impuesto de protección de varios hombres de negocios en Manila. La mayor parte de ese dinero fácil que Peping va reuniendo lo gasta en su novia, que también es estudiante. Peping decide casarse con ella, pero para hacerlo necesitará más dinero. Abyong contacta con él para ofrecerle un "trabajo especial" que le puede reportar ... [+]
5 de julio de 2011
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kinatay, además de ser la mejor película de Mendoza, funciona como compilación de todas sus obras: acapara el poder hipnótico de anteriores títulos, nos sitúa en una atmósfera de constante agonía y es lo suficientemente compleja como, a partir de lo que parece una historia minimalista de terror casero, abrir cuestiones de gran calado social.

Aunque pueda parecer que la estructura narrativa de Kinatay es muy simple, en verdad estamos antes una película tan fría como el filo de un bisturí. De la herida salen temas como el tráfico de drogas, el negocio de los puticlubs y bares de alterne, la corrupción que afecta incluso a la mismisima policía, la miseria que infecta el incierto destino de una joven pareja de estudiantes recién casados. ¿Qué futuro puede tener nuestro protagonista cuando la delincuencia y la amoralidad carcomen como chinches todo el tejido social, desde ciudadanos hasta autoridades y medios de comunicación?

Peping será testigo de todo aquello de lo que es capaz el ser humano en una noche simbólica. A veces no queda más opción que despegarse de la pantalla y pensar en otra cosa: verdaderamente serán testigos del trayecto en coche más largo y deprimente del cine reciente. Hay efectismos visuales, exageraciones, incluso todo puede interpretarse como un sinsentido insoportable... pero por primera vez viendo y digiriendo una película de Brillante Mendoza he sentido cómo un escalofrío recorría todo mi espinazo.

Kinatay impacta visualmente, y si se logra acceder a las alas más truculentas del laberinto también puede sacudir el alma. Y es ahí cuando Kinatay sigue desangrándose en nuestra memoria como una hemorragia que no supura, como el eco de un grito que no cesa. Negrísima.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities, http://cachecine.blogspot.com
Xavier Vidal
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