5 de julio de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película que es como un retrato pictórico perfecto en su ejecución, al que no le falta detalle, y en el que todos los recursos cinematográficos encajan a la perfección: bucólicos exteriores, ambientación, vestuario, cuidadosa imagen...
De todas formas, el inicio es algo irregular, la historia de las dos hermanas hijas de un pastor, deambula por un tone algo ocre e insulso hasta la aparición de Babette, que agiliza la historia.
Ver la metódica preparación del ágape es una gozada. Gastronomía y cine cogidos de la mano, un binomio repetido, y que si está bien retratado como en este caso, asegura el aplauso del espectador.
Aquí se demuestra que más allá del cine transguesor, con trazas de hiperrealismo, sexo y frases malsonantes, se pueden realizar proyectos satisfactorios e interesantes.
Ver "El festín de Babette" es como escuchar una pieza de música clásica o ver una pintura que te sosiega. Eso sí, al terminar tienes ganas de encarar una gran pìtanza.
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