Un buen retrato del pulso que mantuvieron durante tantos años el terrorismo del IRA y el gobierno británico. En esta ocasión más centrado en torno al llamado terrorismo de estado y de cómo encubrir y borrar las huellas del mismo.
Temas (los sociopolíticos) siempre controvertidos donde los haya, pero aquí es reflejado de una manera muy sobria, casi a modo de documental por momentos y esclarecedor de que las formas usadas por un gobierno democrático no son siempre legales.
Sin duda alguna la mejor película de Ken Loach.