Parece increible los días de cine que llevo en los que la ínfima calidad de lo que veo hace que se me quiten las ganas de seguir viendo películas al azar. A uno le venden la moto por la tele diciendo que es de los creadores de REC, y como uno es amante del cine de terror y le llaman la atención las posesiones demoníacas se dice “¿qué demonios?” y nunca mejor dicho, y desembolsa los correspondientes cinco euros con la esperanza de encontrarse algo medianamente decente.
Mi opinión sobre La posesión de Emma Evans es basicamente la misma que tuve cuando vi aquel bodrio titulado Exorcismo en Connecticut. No me explico como una película así puede aparecer en taquilla, y es que para que se hagan una idea, es el equivalente a ver la película del sábado por la tarde en la sobremesa de Antena 3, pero con un exorcismo de por medio, y malo además. Queridos lectores, si quieren ver peliculas de exorcismos vean El Exorcista, o si están demasiado desesperados y quieren variar porque desean otra cosa vean entonces El Exorcismo de Emily Rose. Todo lo demás, entre lo que se encuentra “esto” será perder el tiempo de la forma más descarada posible.
La película tiene un reparto pésimo, sin hablar del doblaje en español, un planteamiento aburrido, poquísima originalidad, exceso de efectos sonoros, un desesperante tono color sepia que no cesa ni en una sola escena, y además es tremendamente predecible.
Encuanto a la protagonista, al igual que mi querida Linda Blair en El Exorcista o que Jennifer Carpenter en El Exorcismo de Emily Rose, es una adolescente, pero lo que hace a esta protagonista diferente a las dos anteriormente mencionadas, es que encarna los decadentes “valores” de la juventud decadente actual: excesiva rebeldia, drogas, inmadurez absoluta y unas juntas de la misma calaña. Eso a mi juicio es el ingrediente último de este cóctel de sopor. Los elementos que merecen la pena en esta película brillan por su ausencia. Hay un par de momentos donde parece que se va a innovar un poco, pero sólo se queda en eso, en un intento, y para colmo miedo es lo único que no da.

Borja Ramírez
de "El Diario de Borja"