Una serie que me ha sorprendido gratamente, me parece divertida he ingeniosa con bien poco, con que en volverla, todo en ella depende de la grandísima actuación de sus actores.
Un humor negro inteligente, cuando en su trasfondo, habla de la vejez y las dudas de la decripud. La ironia es una forma de capear la situación con dignidad.
Personajes acomodados que se revelan a su vejez, logrando una serie dinámica y muy agradable, en el marcó de una amistad que se complemente a la perfeccion, y en el que nos trasmiten sus emociones en la variedad de las sensaciones.
Esta serie nos demuestras, que para contar una buena historia tan solo hace falta ser directos, para que todo el mundo la entienda, sin mayores pretensiones.
El duo que forman los dos amigos es fundamental, por lo que la tercera temporada, pierde una chispa fundamental sin Alan Arkin Y Kathleen Turner no lo suple como remedio, así como Michel Douglas no basta sólo en un guión creado para una pareja.
Gran trabajo de Chuck Latorre en el que se nota su sello.