Es innegable que cuando Richard Matheson escribió su novela sobre fantasmas atormentados y que necesitaban vengarse se aquellos que les causaron la muerte su argumento era original. Pero tras el enorme éxito tanto comercial como a nivel popular que supuso el conocidísimo film de Shyamalan sobre un argumento claramente similar, que a David Koepp le dé por adaptar unos cuantos meses después una novela con un mismo argumento denota una clara intención comercial.
Porque 'El último escalón' es, sin mayores tapujos, una película claramente comercial que trata de aprovecharse del filón abierto por 'El sexto sentido'. Pero tampoco se engañen, no es una mala película y se encuentra claramente por encima de lo que el género nos ofrece habitualmente, pero su claro objetivo recaudatorio a la par que las enormes similitudes conforme va avanzando la trama con el film de 1999 le hacen perder muchos enteros, y también la capacidad para sorprender al espectador que sí poseía el otro film anteriormente mencionado.

Es por ello que 'El último escalón' queda como una película más del montón, y de la que tan solo cabe destacar ciertos aspectos como lo aceptable labor que desempeña David Koepp en la dirección y en el entretenidillo guión, sumado a la estupenda interpretación de ese gran y polivalente actor que es Kevin Bacon, para dar pie a una intriga sobrenatural con toques de terror que puede llegar a asustar o inquietar en alguno de sus tramos sin que nada más se pueda esperar de ella.

·LO MEJOR: el sobresalto en el sofá. Kevin Bacon.

·LO PEOR: el desarrollo previsible y lineal de la trama. Sus claras influencias provenientes del film de Shyamalan.