Meirelles logra demostrar su innegable potencial realizador en el primer episodio –el mejor con diferencia y para desgracia de la inercia progresivamente descendiente que provoca-, en el encuentro entre el ex-preso y su joven pretendiente en el hotel o en la conversación entre la esposa rusa y su marido mafioso. Son sólo tímidos apuntes de concentrada verosimilitud dramática en los que el film apunta el rigor que hubiere debido acumular desde el principio.
El resto de episodios zozobran afectados por una impostura (la hermana y el mafioso), una banalidad (la esposa y su amante fotógrafo), y una inconexión (el dentista enamorado) que, francamente, la elección de Meirelles no hacía prever. El brasileño ha pecado de tolerancia o de excesiva autoconfianza. Lo peor que se puede decir de una obra que invoca a Schnitzler , a Ophuls, a Altman o a Anderson es que termina emulando naderías presuntuosas del tamaño de MAMUT de Lukas Moodysson.
spoiler:
Crítica completa en: http://www.slithersmusiczine.com/cine-y-tv/peliculas/5376-360-juego-de-destinos-de-fernando-meirelles