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Voto de Sines Crúpulos:
3
Drama Mike McDermott (Damon), además de estudiante de Derecho, es un "rounder" un excelente jugador de cartas. Cuando su mejor amigo (Norton) sale de la cárcel y descubre que sigue debiendo una importante suma de dinero a un peligroso delincuente, Mike decide volver a jugar, a pesar de que su novia se lo desaconseja. En la partida de póker con la que pretende ayudar a su amigo, participan ciertos jugadores bastante siniestros, entre ellos el ... [+]
20 de abril de 2008
64 de 120 usuarios han encontrado esta crítica útil
J de tréboles: Edward Norton.
Borda los papeles molones, que son los que le suelen dar. Un encasillamiento que ya quisieran muchos.

J de picas: Martin Landau.
Encasillado como pez semigordo, de buenos modales, honorable y maestro de doctrinas, a poder ser judío, y con chalequito de lana. Parece imposible encasillarse en algo tan específico. Pues no lo es.

J de corazones: Turturro.
Encasillado como rarito. Es grande. Por nacer con esa cara no le podemos disfrutar en muchos papeles principales, todo lo contrario que el 4 de picas:

4 de picas: Matt Damon.
Encasillado como chaval inteligente, de buen corazón, bueno en la acción, conquistador de mujeres (aunque le saquen una cabeza) y tipo duro en la calle si es preciso, al que podemos sufrirle de protagonista en numerosos proyectos de gran envergadura tales como El caso Bourne, Infiltrados, El buen pastor... y, sinceramente, cuesta encontrarle las cualidades interpretativas, pero más cuesta creérselo en las facetas mencionadas, porque tiene una careta de pringao que no puede con ella. En los momentos dramáticos se le ve por la comisura su sonrisilla de gilipollas y cuando tiene que poner cara de sorpresa el peso de su enorme cráneo le dificulta la sencilla tarea de abrir la boca. Así tiene esas mandíbulas que tiene. Si a ello le sumamos lo sospechoso que resulta que protagonice tales producciones, sólo se me ocurre que tiene que chuparla de miedo.

4 de diamantes.
Malkovich. Se ha encasillado vilmente en la sobreactuación más histriónica y facilona posible. A vivir la vida, que son dos días. Un poco después John Cusack se coló en su cerebro para ver si tenía arreglo lo de la ley del mínimo esfuerzo, pero al estar Charlie Sheen, al que seguro vio, pululando por ahí, su decisión debió ser definitiva.


La banca no tiene gran cosa: la típica pareja de damas (la buena de corazones y la femme fatale de diamantes, evidentemente), un trío guión-ambientación-ritmo jugable, Michael Rispoli como rey de diamantes y poco más... lo justito para que nadie la asalte, pero desde luego, no he visto un as sobre la mesa en toda la partida.
Sines Crúpulos
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