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Voto de Sines Crúpulos:
6
Drama. Fantástico Japón, siglo XVI. Durante la guerra civil, los aldeanos Genjuro y Tobei pretenden hacer fortuna: Genjuro como alfarero y Tobei como samurai. Ambos dejan a sus esposas abandonadas para cumplir con sus ambiciosos sueños. La misteriosa Lady Wakasa, otra víctima de la guerra, se cruzará en el camino de Genjuro. (FILMAFFINITY)
31 de diciembre de 2007
52 de 87 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vistas ya tres películas de Mizoguchi, voy conociendo y comprendiendo mejor la cultura del Lejano Oriente. Visionadas y revisionadas éstas, puedo por fin sacar dos profundas conclusiones, bien pensadas y reflexionadas, a las que he llegado tras un soberano ejercicio de filosofía, acerca de los nipones:

1. Comen más fideos que arroz.
2. No dan más de diez pasos erguidos sin dejarse caer al suelo para andar a gatas.

Es, supuestamente , “Ugetsu monogatari” la obra maestra de Kenji. A mí, de las tres vistas hasta ahora, es la que menos me gusta, a pesar de tener algunos planos acojonantes, como el de la barca apareciendo y desapareciendo entre la niebla, y una historia más jugosa, amplia y seductora que las otras dos, “Akasen chitai” y “Gion bayashi”.

Juanjo es un campesino japonés, que vive con su mujer e hijo en una aldea japonesa de mala muerte. Tiene por vecina a su hermana, una mujer desesperada con la obsesión de su marido, Tobías, por comprarse un traje de Spider Man.
Juanjo hace cerámica en sus ratos libres, como ocio, y en tiempos de guerra, le sirve como buen negocio.
Un día se acerca con su cuñado a la ciudad a vender en el mercadillo. La cosa funciona y vuelve con regalos para toda la familia.
Pero el ejército de Toshiba acecha. Arrasan los pueblos: roban, violan y matan, en ese orden. Los vecinos están acojonados, y mientras unos se tiran pal monte, otros se largan río arriba.
Total, que de pronto el Juanjo se mete en un berenjenal con una mujer fantasma del pueblo y el Tobías acaba de notable Samurai, cuando consigue comprarse el traje de luces y hacerle la trece catorce a otro compañero, quedándose la cabeza de un enemigo importante., en una escena rodada sobre un escenario de cartón piedra que le prestaron a Mizoguchi los antiguos curas de su colegio para la ocasión.
Y la mujer del Tobías, para variar en las películas de Mizoguchi, se ve obligada a prostituirse.
Cuando Rhett Butler se vuelve a encontrar con Scarlett O'Hara le insinua irónicamente que perdón, se me ha ido la olla.

El tema es que la peli está bien, pero se me atragantan algunas escenas de teatro nipón, se me hacen más largas que un día sin sushi, e incluso ridículas, como la del torpe Juanjo dando bandazos al aire con la katana y tropezándose en plan Pepe Viyuela con todo los muebles de bambú de la casa de la mujer fantasma.

Lo peor del filme, y no porque sea malo, sino porque es difícil de entender para cualquier niño egoísta y malcriado que haya nacido después de la guerra en la Europa Occidental, son los minutos de metraje malgastados en la súplica arrodillada de los personajes humillándose con su buena educación.

De lo mejorcito del filme es el plano del niño dejando el cuenco de cerámica sobre la *. Es realmente hermoso. Hay que verlo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sines Crúpulos
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