No soy especialmente fan del original en el que se basa esta "Point Break". "Le llaman Bodhi" me parece una película entretenida, con algunos detalles apreciables por lo que a la filosofía que la impregna se refiere, pero poco más. En ese sentido, al no tener en los altares al film original, tampoco he visto este remake en guardia, presto a sacar la espada y lanzar exabruptos ante el primer desliz.

Por otra parte, comprendo la riada de malas críticas y notas nefastas a "Point Break". De partida, un remake de una película más o menos querida ya es un hándicap, si además en algunos momentos se olfatean aromas a estética videoclipera/publicitaria y todo ello lo sazonamos con algunas infames cancioncillas discotequeras (de verdad, alguna de juzgado de guardia) y unas interpretaciones que me da la impresión de que no estuvieron en las ternas de nominados a los Oscars en la categoría de mejor interpretación (ja, ja, ja), obtenemos un blanco perfecto para cosechar críticas demoledoras y calificaciones de ultratumba.

Dicho esto, ¿por qué le doy un 7 a "Point Break"? Pues porque mentiría como un auténtico bellaco si no reconociera que me lo he pasado bomba viéndola. Con todos sus innegables defectos, nos encontramos ante un film trepidante, con un ritmo endiablado que no da apenas un momento de respiro, unas localizaciones impresionantes y una fotografía que raya a muy buen nivel. Además aunque hay algunos diálogos cercanos a la filosofía de baratillo, en el trasfondo general sigue subsistiendo esa apología de la libertad de la que hacía gala el original.

Además, personalmente me ha parecido una buena decisión no centrar toda la acción en el surf, sino en varios deportes extremos, pues ello dota de una muy agradecida variedad al aspecto visual de la película.

¿Darle un 7 es demasiado? Seguramente, igual que un 4,5 de media de nota también es demasiado poco. Es mi humilde forma de reivindicar el disfrute despreocupado de una película verdaderamente divertida sin más complicaciones, que sí, tiene sus fallos, pero sí...¡qué narices!...un 7.