A veces necesitas una experiencia cinematográfica completa, como podría ser el caso de Blade Runner 2049. Otras veces necesitas lo contrario, apagar un poco el cerebro y pasar un buen rato, necesitas lo que viene siendo a ser una película entretenida. A veces puedes estar dispuesto a ver las dos cosas.

Si tu cuerpo te pide una de esas pelis más ligeras, no hay necesidad de renunciar a calidad. No estás obligado a ver ocho películas de persecuciones y acción mal rodadas con un personaje repitiendo en cada escena la palabra familia. Que sea entretenida no significa que tengas que abandonar un mínimo de exigencia ni que la película no te pueda dar algo para pensar y saborear durante unos días.

La suerte de los Logan es ese tipo de película ligera. Es divertida, es original, tiene un ritmo bueno y, en definitiva, pasas un muy buen rato. Todos los personajes están bien dibujados y son atractivos y las actuaciones ayudan a que sean destacables. Estamos hablando de gente como Adam Driver y Daniel Craig, que yo no sé si son capaces de actuar mal. Cada uno aporta muchísimo a su personaje. Por su parte, Adam Driver demuestra que tiene algo para la comedia. La forma en la que enuncia sus frases no solo consigue ciertas carcajadas, sino que permite conectar con él desde el primer minuto que aparece en pantalla. Daniel Craig se transforma, es un registro totalmente diferente y para mí, consigue robar la película. Se saca de la chistera un talento para la comedia perfecto para el personaje. Destaco a estos dos porque son los que más me han gustado, pero la verdad es que el reparto entero está que se sale.

En relación con la historia, hasta se cachondea Soderbergh llamando a lo que ocurre en pantalla Ocean’s 7-Eleven. No es nada nuevo pero el guion es cojonudo. Está trabajado y es uno de los puntos más fuertes. Me enganchó desde el principio. Lo que más me ha gustado es que consigue dar la información suficiente para que entiendas lo que estás viendo, pero sin destriparlo todo antes de que ocurra para que tengas ganas de seguir con la película y no aburra. Si la has visto sabrás de lo que hablo.

Sin embargo, hay ciertas escenas que parece que están metidas con calzador. Según avanza el metraje te das cuenta de qué estaban haciendo ahí esas conversaciones. Estas escenas pueden llegar a sacarte de la experiencia e incluso pueden llegar a aburrir. Pero tranquilos, son muy cortas y con el ritmo que tiene la cinta se te va a olvidar que ha habido tres minutos en los que te estabas aburriendo.

Quizá lo más negativo de la película es Seth MacFarlane. Lo siento, pero no le he aguantado ni medio segundo. No sé si esa era la intención o no, pero lo cierto es que me ha parecido un personaje insoportable y con nada de gracia. Pero vamos, lo de MacFarlane y las escenas que parecen insertadas porque sí son pequeñas puntualizaciones que no dañan demasiado el visionado, la película sigue molando.

Parece que Soderbergh ha vuelto de su “retiro” con más fuerza que nunca con una cinta ligera, con muy buenos personajes y que te va a hacer pasar un buen rato casi seguro. Todo esto, sin abandonar la calidad. No es que vaya a cambiarte la vida, pero sales con muy buen sabor de boca y hoy en día, con lo que está pasando en todo el mundo, a veces es bueno desconectar un rato.