"Dance of the dead" maneja con maestría los códigos del cine de instituto y del cine de zombies y, como ya hizo Fred Dekker en "El terror llama a su puerta", los exprime y les da la vuelta.
Gran cine.
Viendo esta película, uno espera encontrarse con una divertida película para pasar el rato. Y así es, pero la gran sorpresa está en comprobar que, ente lo que verdaderamente estamos es ante una película preciosa, llena de un contagioso optimismo no exento de mala leche.
Una maravilla.