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Voto de Lafuente Estefanía:
7
Drama Biografía de Don Juan de Austria, hijo natural de Carlos I (1517-1556) y héroe español de Flandes y Lepanto. La cinta es también una semblanza de la España imperial. (FILMAFFINTIY)
6 de octubre de 2022
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La acción se centra en 1554. Una voz campanuda informa que "España domina el orbe", "Las victorias se suceden al son de los clarines y al redoble de los tambores". Han pasado cinco siglos de aquellos hechos, España sale de una guerra civil, necesita reforzar su autoestima y evoca en la pantalla tiempos pasados más brillantes.
Aunque a cierta Maritornes avispada no se le escapa que "Las guerras las hace el Emperador, pero las sufren los demás".
En España, mientras "los hombres hacen la guerra, los niños juegan a la guerra". Y al frente de estos últimos en un pueblo castellano se encuentra Jeromín (Blanch), espada en mano. Todo un capitán de sus pequeños tercios. "¡Ay si dominara igual el silogismo escolástico!" se queja su maestro. Allí vive con sus padres adoptivos pues su origen es muy oscuro.
Mientras tanto el Emperador (Tordesillas) cede el trono a su hijo Felipe II (Marsillach) y se retira al monasterio de Yuste a descansar, "España primero me hizo rey y luego me hizo español". Allí va "En busca de paz y de poner en orden las cuestiones del alma".
Al gran emperador Carlos, al Pasmo del orbe, ya solo le queda Yuste.
Tiene motivos para recomponer su conciencia. Entre otros reconocer a última hora un hijo bastardo que tiene bastante abandonado, Jeromín.
Y este es el tema que trata la cinta. La vida de un niño que ha convivido con varias familias bajo la sombra protectora de la Corte, hasta que conoce la verdad sobre su origen.
Un buen guion que sigue de cerca la obra homónima que publicó en 1902 el sacerdote jesuita P. Luis Coloma.
Realizada con gran delicadeza, alterna las escenas del matasiete infantil con la tristeza de no conocer a sus padres. Se suceden las aventuras en un ambiente de soldadesca que, como bien reconoce otra crítica, evocan de vez algunas escenas quijotescas. Incluso del pícaro Lázaro nos atrevemos a proponer en un marco temporal parecido o, mucho más tarde, con el bondadoso Marcelino solo que este rodeado de frailes en lugar de soldados.
Excelente la documentación histórica tanto del P. Coloma como del guionista y del realizador. Rigurosos y respetuosos con los hechos. Incluso la elección y la caracterización de los actores que encarnan a los dos monarcas españoles es sobresaliente. Son rostros muy conocidos y los actores no desentonan lo más mínimo.
Lo mismo cabe decir de los caracteres de los personajes, muy en la línea de lo que conocemos de ellos a través de la historia.
Excelentes también las interpretaciones.
A pesar de lo molesto que resulta el trompeteo inicial, una buena película centrada en los años ocultos de un personaje poco conocido de la historia de España, Don Juan de Austria. Para muchos investigadores "acaso la figura más atractiva de la corte de Felipe II". Apreciado por sus contemporáneos, lo mismo príncipes que los más valerosos soldados, gozó de gran reputación en Europa como vencedor de Lepanto.
Se plantean algunos si considerar a Don Juan un mero espadachín o un auténtico hombre de estado. Para el historiador Pierson no hay la menor duda, fue ambas cosas.
Lafuente Estefanía
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