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Voto de Lafuente Estefanía:
8
Intriga. Fantástico. Terror En el Madrid castizo de finales del siglo XIX, el enigmático fantasma del doctor Mantua revela al joven Basilio la existencia de una ciudad subterránea en la que habitan unos siniestros personajes dedicados a actividades criminales. Basilio consigue dar con la Torre de Los Siete Jorobados, en cuyo interior permanece secuestrada e hipnotizada Inés, la sobrina del difunto doctor... (FILMAFFINITY)
7 de agosto de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos ha sugerido este título la escena de los siete pequeños jorobados cuando llevan entre todos el cuerpo dormido de la bella Inés (Isabel de Pomes) en las catacumbas de su torre subterránea.
Y es que hay algo del cuento de Blancanieves en cinta de Neville. Siete diminutos jorobados como siete enanitos que, en realidad, son peones del malvado Dr. Sabatino (Marín) que cumple el papel de la Madrastra dispuesto a acabar con la bondadosa princesa. Para impedirlo un hada buena, el espíritu de Don Robinsón de Mantua (Félix de Pomes) que es tío de Inés, entra en contacto con el mundo de los vivos a través de un magnífico médium, Basilio Beltrán (Casal), que como el príncipe del cuento libera a Blancanieves y resuelve de paso un proceloso caso policial.
No suele dar muy buenos resultados la mezcla de géneros cinematográficos. Y más si son tan dispares como fantasía, intriga, policiaco, comedia, musical o de terror incluso (no siempre este último es sinónimo de sangre o de vísceras en la pantalla). Y sin embargo en este caso se conjuntan bien para dar una gran obra de cine fantástico.
Un guion que combina con acierto escenas de todos estos géneros sin que el espectador acierte a adivinar el desenlace. Brillante realización que imprime en todo momento un ritmo vivo y dinámico. Protagonistas de personalidad compleja, cambiante, ambigua, difícil de ubicar entre buenos y malos.
Escenografía de un depurado expresionismo tardío: decorados de estudio con perspectivas falseadas, maquillajes muy marcados, actuaciones exageradas o planos estáticos sin apenas movimientos de cámara.
Muy buena fotografía con una iluminación artificial que refuerza el contraste de claroscuros, espectacular la escena de la escalera de caracol que baja a las profundidades del submundo donde habitan aquellos extraños y pequeños jorobados.
Por cierto, la cifosis o joroba se produce a menudo por malas posturas que obligan a mantener durante largo tiempo la columna vertebral doblada, sobre todo cuando se añade una insuficiencia en los músculos de la espalda.
En general la presencia de jorobados se asocia con la fortuna, sin embargo en la película juegan más el papel de hombres frustrados por su deformidad que les lleva a colaborar con el malvado Sabatino que los dirige.
Inquietantes los trajes tan estrechos que utilizan todos los actores masculinos que hacen un torso menguado frente a deformadas y voluminosas cabezas, especialmente en el caso de los gibosos acentuando así su monstruosidad.
Una armoniosa mezcolanza de estilos que consigue una obra estupenda de cine fantástico. Critican algunos su desenlace que, para nosotros, es seguramente la guinda que corona la cinta, el guiño final de un director inteligente que explicamos abajo.
Una película que no deben perderse los aficionados al cine de intriga o de misterio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Lafuente Estefanía
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