Así presentaban a los futuros clientes la mítica pistola de repetición creada por Samuel Colt. Seis dosis, seis balas para imponer el orden en el lejano Oeste de bandidos y de indios.
Al bueno de Steve Farrell (R. Scott) le levanta los dos colts 45 que lleva en representación el malvado Jason Brett (Z. Scott), con los que a partir de entonces dirigirá una banda de forajidos que asola todo el territorio minero de Bonanza Creek. Pero tienen la mala suerte de tropezarse con Oso Veloz (Thundercloud), un indio que se pone enseguida de parte de Farrell, y eso que "Ley de hombre blanco no buena para indio".
El argumento como el guion es de lo más tosco, la dirección va a piñón fijo, sin embargo lo peor es la torpeza a la hora de mostrar el carácter de los personajes, rudimentarios, sin matices ni claroscuros, fáciles de manipular, cambiantes ... "Las armas no hacen al hombre, es el hombre que las empuña".
En cuanto a las interpretaciones, Randolph S. en su conocida línea de sobriedad, sobreactuado Zachary S. y flojos los secundarios (cosa un poco rara). Tal vez lo mejor venga de la parte femenina con Beth Donovan (Roman) en un papel que se sale un poco del rol habitual, al menos aspira a algo más que a "Una casa grande y muchos vestidos".
En lo positivo el aroma de estos viejos westerns, bien ambientados, con excelentes especialistas, ritmo trepidante y acción continua. Diligencias, atracos, cabalgadas, poblados mineros, juicios rápidos, intentos de linchamiento, indios de aquí para allá, tiroteos ... El western de nuestra infancia que nos hacía trotar sobre los viejos asientos de madera del Ideal Cinema cuando llegaban al galope los buenos, o gritar de alegría con el beso final de los protagonistas.
De acuerdo, la cinta es floja. Pero entretiene.