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Voto de Lafuente Estefanía:
7
Western Haciéndose pasar por un profesor, un oficial del ejército investiga a un grupo secesionista detectado en la California de 1850. Su misión es eliminarlo para preservar la Unión y evitar que el sur de California se convierta en un estado esclavista. (FILMAFFINITY)
8 de septiembre de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Era, efectivamente, el comandante Ransome Callicut (Scott). Bien que lo sospechaba el ambicioso capitán Roy Gaels (Carey), que flirtea a la vez con la bella maestra Nora Roberts (Wymore) y con Jeanna Denon (Romay), no menos bella cantante que interpreta en el Palacio Buckley la habanera "La paloma" y otras piezas de sabor hispano. Por cierto, son estupendos todos los números musicales de este coliseo.
Corre el año 1850 y desde San Pedro llega a Los Ángeles Callicut tratando en vano, como vemos, de pasar desapercibido bajo la cobertura de maestro de escuela ("Cuando uno llega al Oeste nunca le hacen tantas preguntas"). Y llega en una diligencia que es asaltada por el camino, con el resultado que es de suponer contando con el viajero que llevaba dentro. Al Capitán Trueno, digo al comandante Callicut, con pistolicas de agua.
Y es que en la ciudad hay un problema grave: la falta de agua. "Agua de primavera" que se vende por las calles nada menos que a 25 centavos el trago, cuando uno de whisky cotiza a solo 10 centavos. Falta de agua que quieren aprovechar los partidarios de independizar el sur de California para garantizarse la continuidad de la esclavitud, ante el panorama bélico que iba a desencadenarse en la década siguiente.
Es cierto que hay un poco de lío con los conspiradores y los que quieren evitar la conspiración, acrecentado cuando unos y otros cambian de bando. Pero no hay duda que la película va ganando en interés a medida que transcurre la trama. La interpretación en general es muy solvente (Scott incluido), el guión es bueno y contiene algunos lances graciosos, la música ya hemos dicho que está a la altura, hay notables cabalgadas y tiroteos. Estamos por tanto ante una cinta muy recomendable para verla tranquilamente.
Al final, por supuesto, hay fiesta en Los Ángeles porque sus ciudadanos pueden disfrutar de agua en abundancia a bajo precio. La solución, de todas formas, no debió ser del todo definitiva, como pondrá de manifiesto diez años después Roman Polansky en "Chinatown", donde el suministro de agua a la ciudad angelina constituye de nuevo el asunto central de la película.
Lafuente Estefanía
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