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Voto de Lafuente Estefanía:
7
Western. Acción Cinco años después de acabada la Guerra Civil Norteamericana (1861-1865), el coronel confederado Morsman Carver (Liam Neeson) contrata a varios hombres para que le ayuden a capturar en las Montañas Rocosas a Gideon (Pierce Brosnan), un hombre del que ha jurado vengarse. (FILMAFFINITY)
23 de noviembre de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magnífica cinta de venganzas que enfrenta a dos antiguos oficiales que lucharon en la guerra de Secesión.
De una parte Gideon (Brosnan) que vive en la soledad de las montañas tal vez purgando viejos remordimientos de su etapa como soldado. Es una especie de Jeremiah Johnson (Pollack, 1972) dedicado a la caza al margen del mundo. Y hasta allí llega dispuesto a matarlo Morswas Carver (Neeson) con sus secuaces.
Tardaremos bastante en conocer los motivos que arrancan de Seraphins Falls. De momento la acción se centra en la persecución que nos lleva desde las heladas montañas al desierto, pasando por un aislado rancho, una caravana de ¿cuáqueros? y el tendido del ferrocarril con los chinos dándole al martillo.
Ambientación impecable, lo mismo que la fotografía y los paisajes. Pero lo mejor es el ritmo, trepidante, con una sucesión de brillantes escenas.
Diálogos mínimos, "Solo son palabras, no hay Dios en esta tierra". Tampoco hacen mucha falta para dibujar la personalidad de los personajes que quedan muy bien descritos e interpretados.
Hay escenas duras como la autoextracción de una bala en el antebrazo y posterior cauterización con el cuchillo al rojo.
Excelente guion y excelente realización. Incluida la presencia de los dos enigmáticos personajes en la parte final que tan poco han agradado a los críticos.
El primero es Charon (Studi), el viejo Macua de "El último mohicano" (1992), una suerte de Cable Hogue (1970) que aparece de improviso para cobrar a tanto el trago del agua de una solitaria charca. De Gideon se queda el caballo que ha tomado de Carver que va tras él, a éste le devolverá graciosamente la montura para facilitar la persecución. Primer peaje.
El segundo ocurre en medio del desierto cuando el agua escasea y caballos y jinetes están al borde de la muerte. Aparece entonces de la nada Louise (Huston) con un carro de venta ambulante. A Gideon le ofrece un frasco de elixir curalotodo que se rompe contra el suelo, "Ron del Diablo en un bonito frasco". Al perseguidor que está sin municiones, le cambia el agua de su cantimplora por una sola bala.
¿El diablo? ¿El destino? Dos personajes que surgen de improviso, misteriosamente, para facilitar el enfrentamiento final entre los dos contendientes rompiendo el encanto de una narración lineal que rebobina lo justo para explicar un poco los hechos que motivan la persecución.
Una buena película que recomendamos. Abstenerse animalistas pues aquí los caballos se sacrifican sin contemplaciones cuando es necesario.
Lafuente Estefanía
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