Mejor que la "alegría", el "encanto" de las pequeñas cosas. Esos momentos de intrascendente felicidad que solo apreciamos cuando los perdemos.
Es lo que le ocurre a Paolo (Diliberto) cuando en la recepción celestial le conceden hora y media de prórroga para volver a la tierra por un error contable.
Noventa minutos para repasar una vida junto a Agata (Thony), sus hijos, sus amigos ... y sus ligues. El tiempo que dura un partido de fútbol (también veremos uno). Más tiempo, cinco horas, concedió Delibes a Menchu para ajustar cuentas con Mario.
Porque en el fondo se trata de lo mismo, repasar una vida en común, aprovechar las segundas oportunidades que nos ofrece el destino cuando "El cielo puede esperar".
Todo narrado con aire de comedia italiana, ligera, que mezcla con habilidad humor y drama, ternura y causticidad.
Paolo reflexiona en voz alta sobre el valor del tiempo, los errores cometidos, egoísmos, infidelidades, silencios ... Pero también hay delicadeza, afectividad, fina ironía ... Eso sí, con cierto desorden narrativo que hace que se sigan mal algunos recuerdos.
Una comedia amable con buenas interpretaciones que recomendamos.
Todo en noventa minutos, un partido de fútbol ... si no hay prórroga.