Vuelve Callahan (Eastwood), "Harry el sucio", el policía de San Francisco que no se anda con contemplaciones a la hora de perseguir a los malos. Siegel traspasa el negocio a su gran protagonista después de algunos ensayos menores, "El fuerte", "El ejecutor" ...
A juzgar por las críticas, la serie recupera su estilo.
Como director y como actor Clint tiene gancho entre los cinéfilos a pesar de sus personajes rotundos y casi siempre violentos, no siempre bien vistos por las sensibilidades ideológicas que campan en Hollywood.
Pocas diferencias entre los Callahan de Siegel y de Eastwood. Si acaso el cambio de ciudad. Lo demás, ritmo, acción, ironía... todo bastante parecido.
Tal vez lo más interesante llegue de la mano vengadora de Jennifer (Locke), una mujer que lo mismo empuña una pistola para capar al violador de un balazo que maneja con garbo los pinceles para trasladar al lienzo la angustia interior que experimenta.
Interesante su pintura. Echamos de menos la presencia de un psiquiatra que interprete los retratos que dibuja. Pero eso queda para otro tipo de policía más intelectual que nuestro bronco Harry.
Cinta interesante que gustará a los seguidores del personaje y a los del buen cine de acción.