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Voto de Lafuente Estefanía:
6
Western A la caballería del Ejército de los Estados Unidos se le ordena probar la viabilidad de camellos en los desiertos del Suroeste. (FILMAFFINITY)
4 de abril de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Moros en la costa y camellos en las cuestas de los desiertos de Nuevo México. Se trata de ensayar este animal por su resistencia a la sed en las largas marchas hacia el Oeste. No debió funcionar muy bien la prueba porque ya no se han vuelto a ver.
La cinta, que presenta un agradable colorido y un plantel de actores de lo más decoroso, es un completo desastre en lo que se refiere al argumento y al guion.
Como venganza a los abusos que cometen, Clint McDonald (Ireland) y su novia Lilly (Dru) atracan el Banco Ganadero de Río Gordo. Herido de gravedad el hermano de ella, buscan un médico con urgencia y lo que se encuentran es a Elías H. Stanton (Ankrum), un veterinario borrachín y bromista, "Tengo un caballo para usted". Como la bala está alojada junto al corazón trata de escurrir el bulto, "Necesita un cirujano, un médico de verdad". De nada le sirve, interviene al paciente que, lógicamente, la acaba palmando.
Pero Clint aprovecha para adquirir el maletín del instrumental y la levita de Doc con idea de reemplazarlo e incorporarse con Lilly a la caravana de los camellos que busca una nueva ruta hacia Colorado.
Termina de esta forma tan increíble la persecución por el robo y pasamos a la caravana de pioneros. Al frente de la misma está el ingeniero Edward Fitzerald (Cameron) con su teodolito, moros, camellos y soldados, pues los apaches andan cerca.
Buenas imágenes pero con un guion deslavazado que empalma ataques de los indios, intentos para hacerse con el botín del robo, búsqueda de agua, etc. Nada nuevo bajo el sol.
Sin embargo es de lo más original el dilema ético que se le presenta al supuesto médico, a quien "Se le da mejor la pistola que los vendajes". Sobre todo cuando se plantea la necesidad de amputar un brazo y debe reconocer la superchería. "Si no sabe qué hacer, no haga nada y deje en paz al enfermo".
En lo sentimental hay asimismo un enfoque curioso pues Lilly parece dudar entre los engaños de Clint y la reciedumbre moral de Edward. Interesante la resolución.
En fin, que por muy destartalado que sea el guion, el tratamiento de los personajes que hace Nazarro bien merece un voto de confianza.
No es una gran obra, de acuerdo, pero está además la impagable visión de los conductores de camellos rezando hacia La Meca en pleno desierto de Nuevo México.
Lafuente Estefanía
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