Es la definición que hace el simpático Sam Hawkens (Wolter), de su amigo Old Shatterhand o Carabina Larga (Barker), el más indio de entre los indios.
Y eso que ha llegado al Oeste desde lejanas tierras germánicas, pero su estrecha amistad con los apaches y con su jefe Winnetou (Brice) ha hecho que forme causa común con ellos.
Seguramente estamos ante la entrega más interesante de la larga serie Winnetou. No es gran cosa, pero al menos la historia está trabajada y excelentemente ambientada en una "Arizona balcánica", con preciosas localizaciones en profundas gargantas de roca viva o en verdes praderas junto a lagos y grandes ríos con cascadas.
Hay que reconocer que cuando los alemanes construyen fuertes los hacen bien "de verdad". Nada de cartón piedra o simples fachadas, sólidas torres y empalizadas de troncos macizos que cuando caen lo hacen con estrépito.
El guion es malo, sin discusión, embarullado y poco lógico en ocasiones. La realización es más profesional, acción continua y ritmo constante a falta de tensión dramática. Se descuida el análisis de los personajes, pero es que los dos principales ya citados son incapaces de expresar en su rostro la menor emoción interior. Mucho mejor están los de reparto, aunque a la pobre Paloma Blanca (Lavi) le atizan un pelo horroroso.
Destacan las escenas en horizontes abiertos donde se mueven las caravanas, la caballería del Ejército o la de los apaches. Algunas con interesante sabor etnológico como el combate a muerte entre los jefes indios, las danzas guerreras o el baile de la caravana.
De todas formas la cinta resulta lenta, larga y algo sosa. Sobran escenas que no dicen nada.
Aprobado justo. Recomendable a los amantes del western teutón, con reparos al resto de aficionados al género. Perfectamente prescindible para cinéfilos en general.