Las personas que ya hayan visto (sean fanáticas o no), esta serie conocen en mayor o menor medida, la manera en la cual se desarrollan los acontecimientos. No nos engañemos, esta serie no juega a ser una obra maestra, tampoco busca tener interpretes ganadores de grandes (y muchas veces inflados) premios, no. La verdad es que el gran mérito de Starz es jugar una baza arriesgada, "gamberra" y excesiva pero con mucho corazón e identidad. Un refrito de 300 con todos los elementos límites de cualquier producción de soft porn, pero con un horizonte determinado, y una gran capacidad de convertir las situaciones límites en entretenimiento puro y duro.

Esta es una de esas producciones que polarizan, o la amas y te entretiene o la odias y la críticas. En lo personal me encantó, porque no esperaba ninguna maravilla, y mi requerimiento de entretenimiento y espectacularidad fue ampliamente satisfecho.

En resumen, serie para la cual debes acomodarte, liberarte de la grandilocuencia y las exigencias altas que el más adicto a la TV pueda tener, y simplemente disfrutar.