Dos hermanas que no tienen quien las cuide, deberán hacer lo indecible para salvar a una de ellas de la misma enfermedad que mató su madre. Esta es la excusa para adentrarnos en un mundo de pesadilla lleno de sobresaltos que goza de un interesante punto de originalidad. Por otro lado las actuaciones pecan de inexpresivas y no alcanzan la fuerza que sí consigue visualmente el entorno que las rodea, cuya trabajada fotografía recrea de forma deslumbrante un mundo onírico que la película no visita tan a menudo como nos gustaría. En definitiva, durante una volátil hora y cuarto, esta cinta de miedo rusa se mueve con seriedad entre la psicología y la religión dejando en el aire algunas dudas para su posterior estudio.

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