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Voto de jorgeas80:
3
6,3
11.330
Thriller. Drama
Antonio, un pistolero de la banda terrorista ETA, días antes de cometer un atentado, conoce a Charo, una drogadicta de dieciocho años que, a pesar del ambiente sórdido en el que ha crecido, conserva todavía la ingenuidad. Él ha dedicado su vida a una causa en la que ya no cree y su malestar crece al sentirse atrapado en un callejón sin salida donde todo es destrucción y muerte. (FILMAFFINITY)
12 de abril de 2019
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
A excepción de Javier Bardem, el resto de personajes se comportan de manera ridícula. Sin justificar mínimamente sus acciones. No hay por donde cogerlo, de verdad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Basta con el principio. Señor llega a piso, se encuentra con su vecina que no puede entrar en su casa y le pide pasar al baño. Él le deja, y de repente abre la puerta del baño. Ella ni se asusta ni nada parecido (excusa para mostrarla semidesnuda). Él se limita a decirle que no se drogue.
Sale del baño, a los 30 segundos entra (literal) y ella ahora está metida en la bañera (¿cuándo la ha llenado?). Obviamente, desnuda. Se pone de pie, y él va a por su cámara, sin extrañarse, ni preguntar nada. Le pide permiso para hacerle fotos. Ella acepta. Luego se abre de piernas, y él va a meterle mano, claro.
Y es todo así. Los personajes hacen cosas absurdas como esa sin que ninguno reaccione de manera extraña. Todo porque al director le viene bien tener actrices permanentemente en pelotas, claro. La excusa de "no, es que son etarras o yonkis" no vale.
Es ridículo, de verdad. Solo se salva Bardem, que se comporta como su personaje haría.
Sale del baño, a los 30 segundos entra (literal) y ella ahora está metida en la bañera (¿cuándo la ha llenado?). Obviamente, desnuda. Se pone de pie, y él va a por su cámara, sin extrañarse, ni preguntar nada. Le pide permiso para hacerle fotos. Ella acepta. Luego se abre de piernas, y él va a meterle mano, claro.
Y es todo así. Los personajes hacen cosas absurdas como esa sin que ninguno reaccione de manera extraña. Todo porque al director le viene bien tener actrices permanentemente en pelotas, claro. La excusa de "no, es que son etarras o yonkis" no vale.
Es ridículo, de verdad. Solo se salva Bardem, que se comporta como su personaje haría.