Simpática película con un reparto de lujo para su época, pero sin duda queda en el recuerdo más por sus personajes "malvados" que por el protagonista. Tony Curtis ejerce de galán que maneja una relación de amor-odio con Natalie Wood muy vista y bastante manida en el cine, pero aquí las auténticas estrellas son Jack Lemmon y Peter Falk. El profesor Fate y su esbirro Max aportan continuas escenas humorísticas y diálogos descacharrantes que convierten a este film en un gran clásico de la comedia de los años sesenta.

La duración de la película es considerable, pero para nada se hace aburrida. Está bien estructurada y dividida en tramos que escenifican el avance de la carrera y las peripecias que sufre el grupo. El maestro de la comedia Blake Edwards logra construir una historia interesante, amena y con muchas cosas que aportar desde su principio hasta el final. Además, logra plasmarla en una fotografía muy llamativa.