Película correcta e interesante en su desarrollo pero que tampoco ofrece demasiado al margen de las impresionantes escenas de destrozos y furia del protagonista. Sin embargo, ya consigue superar y con creces los experimentos fallidos de las películas anteriores. Los efectos especiales son muy buenos y en el desarrollo de la historia se incide en el aspecto psicológico del personaje, cómo pasa de asustarse ante lo que puede hacer a aprender a controlar sus transformaciones y utilizarlas para bien. Es esa la parte de la película que más convence, pues cuando se pone a repartir mamporros a diestro y siniestro llega un momento en que la capacidad de sorpresa se agota. Eso sí, con la sola excepción de la interesante batalla final.

La interpretación del personaje de Bruce Banner es buena y salva el guión algo irregular, pero algo ocurre cuando en poco más de una década tenemos 4 Bruce Banner diferentes. Es una pena que no se haya podido identificar en un actor y en realidad el de este film es el mejor de todos. Pero Marvel decidió despedirle sin más.

Al margen de esa desacertada decisión de la productora, nos podemos preguntar: ¿por qué es el único vengador que no va a protagonizar ninguna trilogía en solitario? la respuesta es muy sencilla. Por sí solo es difícil elaborar argumentos cinematográficos con este personaje, a no ser que se le unan varios de apoyo.