Cuando pagas la entrada, como dijo mi acompañante, temes estar haciendo "el primo" por ir a ver esta película. Parece una más, una de las comedias que, a veces, rozan la absurdez, y que ni siquiera logran dibujar la sonrisa en tu cara, sino más bien todo lo contrario. Pero en cambio, ya desde el inicio, observas que, esta vez, si vas a lograr el objetivo, te vas a divertir y mucho.

Partiendo de una situación triste, que en la película se te antoja cómica, como es que te dejen plantado en el altar, los tres primos deciden volver a su pueblo en busca del primer amor de quien estaba a punto de dar el si quiero. A partir de ahi, un Comillas de fiesta, se convierte en el escenario de la andadura de estos tres primos a cada cual más diferente.

Los personajes, con caractéres perfectamente dibujados, tratan de saber quienes son, recordando quienes fueron. Encontrándose con situaciones disparatadas que nos hacen sentir reflejados y generan una gran carcajada.

Desde luego, la recomiendo a todo aquel que quiera pasar un buen rato, y salir del cine con una sonrisa dibujada en su rostro, y un gran optimismo en el cuerpo. Quizás, como negativo de la película, se podría decir que, a veces, cae en los tópicos entre hombres y mujeres.

Pero, por lo demás, francamente recomendable, ya que te asegura la risa y ese es el objetivo fundamental de una comedia. Debe verse en estos tiempos de crisis, en que solo el pesimismo parece estar presente.