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Voto de LMN:
7
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6,2
18.937
Thriller. Acción. Aventuras
Bond ha dejado el servicio secreto y está disfrutando de una vida tranquila en Jamaica. Pero su calma no va a durar mucho tiempo. Su amigo de la CIA, Felix Leiter, aparece para pedirle ayuda. La misión de rescatar a un científico secuestrado resulta ser mucho más arriesgada de lo esperado, y lleva a Bond tras la pista de un misterioso villano armado con una nueva y peligrosa tecnología.
4 de octubre de 2021
3 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya por delante que no he visto más Bond que a Daniel Craig. Un "pecado" del que espero redimirme pronto, gracias a mi chico, quien me ha introducido al mundo del cine y ahora me presta su cuenta de FA para que me desahogue. Siempre he sido más aficionada de la literatura, incluso atreviéndome a plasmar mis propias ideas con palabras. Sin embargo, conforme mi acervo cinematográfico se ha enriquecido, he disfrutado analizando los argumentos, destripando los guiones y atreviéndome incluso a predecir giros en las tramas.
Ello ha hecho que me dé cuenta de un error de concepto en el que muchos, desde productoras hasta espectadores, caen (caemos) muchas veces, ávidos de entretenimiento trepidante e innovación constante. Dicho error consiste en confundir "original" con "inteligente", e "inesperado" con "magistral". Somos siervos del efectismo, del "ohmygod" y del "wtf", olvidando que al "what" le sigue el "how". Si un giro argumental, por muy impactante que sea, incumple las reglas del juego a golpe de deus ex machina o rompe los arcos de personaje para que sean "impredecibles", no sólo no hará justicia a la historia, sino que puede hacer que ésta se desmorone como un castillo de naipes.
Empecé la saga Craig con Casino Royale, como no podía ser de otra forma, y me enamoré de este Bond. Un hombre gris, con matices, que se labra el camino a la heroicidad con grandes sacrificios (similar al Batman de Nolan, otro gran descubrimiento). Tras saltarme QoS aconsejada por mi guía (le pedí que me resumiera la trama, eso sí), vi Skyfall, también buena, pero que no llega a la altura de la primera por algún fleco suelto. Luego llegó Spectre: una primera hora espectacular que posteriormente descarrila a nivel argumental, dejando un mal sabor de boca y más preguntas que respuestas.
Llegamos al fin a "Sin Tiempo para Morir". Y, por desgracia, la sensación al salir de la sala fue parecida a lo que pasó tras Spectre: un vacío sordo en mi mente que se llenó de preguntas y críticas al revisitar la película en la almohada. Esta "traición" es aún más dolorosa si cabe porque la película... Es buena. Sí, como lo oyen. Por eso la he calificado con un 7 (consensuado con mi chico). 163 minutos de pura adrenalina y emoción que hacen que te olvides del paso del tiempo, mientras en Spectre no hacía más que mirar la hora. La primera hora y media puede estar perfectamente al nivel de Casino Royale. Presenta algunas innovaciones y giros de guión bien hechos que comentaré con más detalle en la sección de spoilers. Pero, en contrapartida, hay varios fallos que golpean el argumento en sus propios cimientos. Algunos son "culpa" de esta cinta y otros se remontan a Spectre, o incluso antes.
No es casualidad que los problemas con el guión comiencen tras Casino Royale, la única película de la saga Craig inspirada en un libro de Ian Fleming. Por desgracia, no han conseguido construir un universo sólido y coherente a partir de la guía literaria que tenían. Paul Haggis fue el único guionista que cumplió su misión con honores, adaptando el final de Casino Royale. También me gustaría realizar una mención especial a John Logan, que hizo un buen trabajo en Skyfall. Pero eso es todo.
En conclusión, antes de pasar a la zona spoiler: "Sin Tiempo para Morir" es una buena película con un mal guión, que se centra mucho en el "qué" descuidando el "cómo". Recomiendo verla para cerrar una era, la ocasión lo merece. Pero preparaos para que se os rompa el corazón.
ELM
Ello ha hecho que me dé cuenta de un error de concepto en el que muchos, desde productoras hasta espectadores, caen (caemos) muchas veces, ávidos de entretenimiento trepidante e innovación constante. Dicho error consiste en confundir "original" con "inteligente", e "inesperado" con "magistral". Somos siervos del efectismo, del "ohmygod" y del "wtf", olvidando que al "what" le sigue el "how". Si un giro argumental, por muy impactante que sea, incumple las reglas del juego a golpe de deus ex machina o rompe los arcos de personaje para que sean "impredecibles", no sólo no hará justicia a la historia, sino que puede hacer que ésta se desmorone como un castillo de naipes.
Empecé la saga Craig con Casino Royale, como no podía ser de otra forma, y me enamoré de este Bond. Un hombre gris, con matices, que se labra el camino a la heroicidad con grandes sacrificios (similar al Batman de Nolan, otro gran descubrimiento). Tras saltarme QoS aconsejada por mi guía (le pedí que me resumiera la trama, eso sí), vi Skyfall, también buena, pero que no llega a la altura de la primera por algún fleco suelto. Luego llegó Spectre: una primera hora espectacular que posteriormente descarrila a nivel argumental, dejando un mal sabor de boca y más preguntas que respuestas.
Llegamos al fin a "Sin Tiempo para Morir". Y, por desgracia, la sensación al salir de la sala fue parecida a lo que pasó tras Spectre: un vacío sordo en mi mente que se llenó de preguntas y críticas al revisitar la película en la almohada. Esta "traición" es aún más dolorosa si cabe porque la película... Es buena. Sí, como lo oyen. Por eso la he calificado con un 7 (consensuado con mi chico). 163 minutos de pura adrenalina y emoción que hacen que te olvides del paso del tiempo, mientras en Spectre no hacía más que mirar la hora. La primera hora y media puede estar perfectamente al nivel de Casino Royale. Presenta algunas innovaciones y giros de guión bien hechos que comentaré con más detalle en la sección de spoilers. Pero, en contrapartida, hay varios fallos que golpean el argumento en sus propios cimientos. Algunos son "culpa" de esta cinta y otros se remontan a Spectre, o incluso antes.
No es casualidad que los problemas con el guión comiencen tras Casino Royale, la única película de la saga Craig inspirada en un libro de Ian Fleming. Por desgracia, no han conseguido construir un universo sólido y coherente a partir de la guía literaria que tenían. Paul Haggis fue el único guionista que cumplió su misión con honores, adaptando el final de Casino Royale. También me gustaría realizar una mención especial a John Logan, que hizo un buen trabajo en Skyfall. Pero eso es todo.
En conclusión, antes de pasar a la zona spoiler: "Sin Tiempo para Morir" es una buena película con un mal guión, que se centra mucho en el "qué" descuidando el "cómo". Recomiendo verla para cerrar una era, la ocasión lo merece. Pero preparaos para que se os rompa el corazón.
ELM
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Lo bueno:
- El Bond de Craig. Muchos no estarán de acuerdo, pero el Bond de esta película no es más que la evolución natural del personaje encarnado por Daniel Craig, y se nota. Los giros criticados en esta sección o bien no son nuevos (el Bond meloso ya había aparecido en Casino Royale), o sí que tienen sentido en la historia (si Bond había decidido dejar de matar y empezar de 0 con la chica de quien se había enamorado perdidamente, los hijos iban a entrar en la ecuación algún día). Respecto a la "muerte de la masculinidad", una pregunta para reflexionar: ¿quién es más hombre, alguien que huye de cama en cama sin mostrar su verdadero rostro, o alguien que funda una familia y la protege hasta las últimas consecuencias?
- Las secuencias de acción. Sobre todo la primera en Italia. Qué forma de comenzar una película.
- La trama de la primera hora. Un Bond con matices se enfrenta a un mundo con matices, mucho más creíble que un simple "nosotros contra ellos". La CIA, el MI6, Spectre y un cuarto actor misterioso se suman a una alocada carrera en la que todos tienen secretos y nada es lo que parece.
Lo malo:
- El personaje de Lashana Lynch. Sin más historia o motivación que rivalizar con Bond por razones no explicadas, la nueva 007 da la sensación de ser borde "porque sí", mientras come tiempo de aparición a otros secundarios a los que ya teníamos cariño (Q y Moneypenny, no se os ha hecho justicia) o nos han conquistado con su carisma en apenas 10 minutos (ay, Paloma).
- Los villanos. Volviendo a Nolan, si el Caballero Oscuro triunfó como lo hizo fue más por los villanos que por el héroe. La saga de Craig consiguió dar matices a Bond, pero, excepto Le Chiffre (irónicamente, el más bidimensional), sus némesis han funcionado únicamente gracias al talento de los actores escogidos para interpretarlos: Bardem, Waltz, Malek. Pero una interpretación excepcional poco puede hacer con motivaciones mal explicadas, acciones incoherentes o simple y llanamente estúpidas y una presencia en la pantalla acortada para sacrificar reflexión por espectáculo. Blofeld ya lo sufrió en Spectre, y ahora se suma Safin. Dos oportunidades desaprovechadas.
- El final. El elefante en la habitación, el elemento tras los unos y los dieces. No deja indiferente a nadie, y en mi caso fue un jarro de agua fría. De nuevo, no por el "qué", sino por el "cómo". Había formas de dejarlo abierto (una escena post créditos de un peluche flotando en el agua a lo Origen, por ejemplo) o de hacer el sacrificio de Bond más inevitable (una elección entre los dos amores de su vida que se saldase con la suya), pero el ataque del villano ex machina a 5 minutos del final y las dos últimas escenas (la del whisky, ¿ni siquiera un vodka Martini?, ¿en serio?, y la del coche) parecen escritos por un guionista de serie B al que le dieron el encargo de acabar de forma rápida y no muy limpia con 007.
- El Bond de Craig. Muchos no estarán de acuerdo, pero el Bond de esta película no es más que la evolución natural del personaje encarnado por Daniel Craig, y se nota. Los giros criticados en esta sección o bien no son nuevos (el Bond meloso ya había aparecido en Casino Royale), o sí que tienen sentido en la historia (si Bond había decidido dejar de matar y empezar de 0 con la chica de quien se había enamorado perdidamente, los hijos iban a entrar en la ecuación algún día). Respecto a la "muerte de la masculinidad", una pregunta para reflexionar: ¿quién es más hombre, alguien que huye de cama en cama sin mostrar su verdadero rostro, o alguien que funda una familia y la protege hasta las últimas consecuencias?
- Las secuencias de acción. Sobre todo la primera en Italia. Qué forma de comenzar una película.
- La trama de la primera hora. Un Bond con matices se enfrenta a un mundo con matices, mucho más creíble que un simple "nosotros contra ellos". La CIA, el MI6, Spectre y un cuarto actor misterioso se suman a una alocada carrera en la que todos tienen secretos y nada es lo que parece.
Lo malo:
- El personaje de Lashana Lynch. Sin más historia o motivación que rivalizar con Bond por razones no explicadas, la nueva 007 da la sensación de ser borde "porque sí", mientras come tiempo de aparición a otros secundarios a los que ya teníamos cariño (Q y Moneypenny, no se os ha hecho justicia) o nos han conquistado con su carisma en apenas 10 minutos (ay, Paloma).
- Los villanos. Volviendo a Nolan, si el Caballero Oscuro triunfó como lo hizo fue más por los villanos que por el héroe. La saga de Craig consiguió dar matices a Bond, pero, excepto Le Chiffre (irónicamente, el más bidimensional), sus némesis han funcionado únicamente gracias al talento de los actores escogidos para interpretarlos: Bardem, Waltz, Malek. Pero una interpretación excepcional poco puede hacer con motivaciones mal explicadas, acciones incoherentes o simple y llanamente estúpidas y una presencia en la pantalla acortada para sacrificar reflexión por espectáculo. Blofeld ya lo sufrió en Spectre, y ahora se suma Safin. Dos oportunidades desaprovechadas.
- El final. El elefante en la habitación, el elemento tras los unos y los dieces. No deja indiferente a nadie, y en mi caso fue un jarro de agua fría. De nuevo, no por el "qué", sino por el "cómo". Había formas de dejarlo abierto (una escena post créditos de un peluche flotando en el agua a lo Origen, por ejemplo) o de hacer el sacrificio de Bond más inevitable (una elección entre los dos amores de su vida que se saldase con la suya), pero el ataque del villano ex machina a 5 minutos del final y las dos últimas escenas (la del whisky, ¿ni siquiera un vodka Martini?, ¿en serio?, y la del coche) parecen escritos por un guionista de serie B al que le dieron el encargo de acabar de forma rápida y no muy limpia con 007.