Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Ford Farleine:
3
Ciencia ficción. Thriller. Romance La Tierra ha sido invadida por unos seres que se alojan en el cuerpo de los hombres y controlan sus mentes. Para Wanderer, la criatura que habita el cuerpo de Melanie, no es fácil acostumbrarse a soportar emociones, sentimientos y recuerdos demasiado intensos, pero la principal dificultad consiste en que Melanie lucha por conservar el control de su mente llenándola con recuerdos de Jared, el hombre que ama. La intensidad de estos ... [+]
2 de enero de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay que concederle el mérito a la señora Stepahanie Méyer que le corresponde y sin paños calientes y sin que duelan prendas. Ha sido capaz de cargarse dos mitos del cine de una tajada. Sin anestesia ni nada. Ha sido capaz de convertir a los vampiros en unos pusilánimes adolescentes pijos que brillan con el sol y a los hombres lobo en una panda de hippies depilados de pelos largos que se convierten cuando les sale de las narices. Los pobres de Bram Stoker y Lovecraft se estarán revolviendo en sus tumbas cuando vean en lo que han convertido a las criaturas de la noche y a los licántropos respectivamente.
Ahora le toca a la ciencia ficción y a las invasiones extraterrestres. Y los resultados han sido tan nefastos como se presuponía. Incluso más, si es posible. Se nos presenta un plantea Tierra que ha sido invadido por una especie extraterrestre que utiliza como huéspedes a los seres humanos, los poseen y le quitan la libertad de poder usar su cuerpo y su mente. Pero hay algunas que se resisten, como la de nuestra protagonista que pertenece a la resistencia. Y ahí empieza el esperpento. En la cabeza de esta chica conviven la extraterrestre y la rebelde que se han de aliar para huir y seguir con vida y consiguen contactar con la resistencia y aquí llega ya el despelote. La humana quiere a un muchacho y la extraterrestre se enamora de otro. ¡Cómo suena!. En estos momentos, el despiporre es ya generalizado y los diálogos grimosos dan vergüenza ajena, y todo se remata con un final que ya te deja sin palabras, con un gesto en la cara que es una mezcla de incredulidad y de intentar aguantar una carcajada. Es que ya hemos perdido la vergüenza y para conseguir que las quinceañeras vayan al cine se crean unos espectáculos esperpénticos que denigran géneros y personajes emblemáticos con unos diálogos sonrojantes, unos argumentos lastimosos, unos triángulos amorosos que serían pueriles incluso para una telenovela y unas interpretaciones bochornosas.
Porque el elenco es de campanillas pero no se salva del ridículo generalizado: Saoirse Ronan pone caritas de sorpresa pero es que sus papeles no dan para más; los guaperas hacen el memo sin límites, lo que no es de extrañar porque sus personajes son memos del todo; William Hurt... duele verlo en estas zarandajas y Diane Kruger tiene un papelito que es la risión más absoluta y se resuelve su problemática a la buena de dios. Una debacle cósmica, vamos.
Ford Farleine
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow