No soy yo muy del gusto del cine oriental, por lo general. No me ha atraído casi nunca, aunque lo estimo en la medida de lo posible, o mejor dicho, en la medida que me lo permite mi escaso gusto, pero sí he de reconocer que a veces he vibrado con películas de directores de John Woo, Ang Lee, Park Chan-wook, Wayne Wang o Zhang Yimou. Grandes cineastas con grandes películas, pero Kim Ki-duk, me aburre. Qué le voy a hacer.

Pues me gustó este film épico con un reparto estelar en el que destacan figuras del cine, no ya oriental, sino del cine mundial, como Chow Yun Fat o Gong Li, con escenas de acción espectaculares marca de la casa, muy bien rodadas y con una ambientación perfecta, como también es sello personal de Yimou. Una buena película.