No tuve lo que hay que tener para terminar de ver el anterior film de esta directora,por lo que no soy lo que se dice un especialista en su estilo ni en su forma de narrar. Lo que sí deduzco deduzco por ese trabajo y este es que siente predilección por los ambientes sórdidos y por los personajes con taras psicológicas, digámoslo así.

Lo que sí me llama la atención es el motivo por el que esta película me gustó y otras con la misma estética, digamos "The Neon Demon" o alguna de Lanthimos, por ejemplo, me han repelido. Supongo que será por que la forma no lo es todo dado que de ser así, todas las películas de Mallick serían obras maestras. Qué duda cabe que la forma es importante y aquí Ramsey utiliza muy bien el estilo, las voces, el montaje epiléptico para mostrarnos la psiqué torturada del personaje, interpretado por un Joaquin Phoenix que realiza una vez más un trabajo portentoso: él es la película. No hay más y él está genial, como suele ser su costumbre; lo que hace que la película funcione como un reloj.

Pero tras la reflexión sobre la forma con la que he aburrido al personal que pueda leer esto, hablaré del contenido que es donde, en mi humilde opinión, creo que está la clave para que la experiencia cinematográfica sea satisfactoria. Me llega la historia de este veterano de guerra que,estando trastornado (y bastante, además), con trabajos de vengador de mujeres sexualmente esclavizadas, se vea involucrado en la historia de una cría que está en apuros de una forma tan personal. Hasta ese momento, había convivido con el horror (que le había dejado huella) de una forma más o menos profesional. Con el caso de la niña,será distinto. Es un film que subyuga, que si bien tiene un final abierto, algo extraño, hace que a fin de cuentas comprendas el dolor del protagonista, su angustia y su falta de apego a una sociedad, a una realidad, que él percibe como ajena.

No es una thriller convencional, pero es una buena película.