Estaba yo que me subía a las paredes de alegría tras ver algunos comentarios, leer algunas críticas y comprobar el argumento de la nueva película de Tim Burton. Pensaba que, tras sus últimas decepciones, había levantado cabeza y se había recuperado de esa crisis de ideas que arrastraba desde su sobrevalorada “Alicia en el país de las maravillas”, creí que había vuelto, y en cierto modo es así, pero… no del todo, por desgracia.
Siempre he admirado el cine del californiano y me había dejado muy frío tanto la citada versión del libro de Lewis Carroll como sus “Sombras tenebrosas” o “Big Eyes”, esperaba reencontrarme con él y es cierto que hay algunas de sus constantes: una ambientación algo gótica, un protagonista inadaptado, una trama que mezcla elementos reales y de fantasía… sin embargo, me faltaba algo, no sé llámalo su poder visual de antaño, esa habilidad para contar historias que te lleguen o la música de Danny Elfman. No ha llegado a su altura, hay que reconocerlo, pero bueno, es un comienzo. Parece ser que Tim Burton es recuperable y que es muy probable que vuelva (veremos a ver ese “Dumbo”). Este film ha sido un paso esperanzador.
En lo que se refiere a su estilo visual, no sé lo que le ha pasado, si habrá cambiado de director de fotografía o qué pero sus planos ya no son tan reconocibles. Lo que es una pena, parece que su fantasía ha perdido algo de fuelle, algo de imaginación. Por otro lado, la historia tarda demasiado en arrancar y luego tampoco es algo que consiga mantener mucho el interés, hay personajes que desaparecen de la trama y nunca más se sabe de ellos (los padres del chico, Judi Dench…), algunos son totalmente inanes. Y por último, espero que Burton y Elfman puedan resolver sus diferencias y volver a trabajar juntos muy pronto. No es lo mismo sin sus partituras, se complementan a la perfección.
El reparto está desigual. Aunque Eva Green aparece en primer lugar en los títulos, apenas aparece veinte minutos en pantalla, lo que es una pena. Su personaje debe de tener más importancia de la que se le da en el film; Asa Buterflied tiene un rostro expresivo pero está en esa edad en la que es muy difícil no parecer un pavisoso, ni es niño ni es adulto; Judi Dench aparece porque sí y el villano Samuel L. Jackson es un malvado de opereta, con sus momentos graciosos y sobreactuado. Justo lo que necesita este tipo de películas. Además con un look que recuerda al de Christopher Walken en “Sleepy Hollow”. Muy divertido.
Lo que sí parece es que Burton ha mejorado en el rodaje de escenas de acción y de pelea (la del final con los Huecos, principalmente). Algo que no está mal. En definitiva, que aún esperamos al bueno de Tim, pero parece que está llegando.
Sobre los que fueron al cine pensando que iban a ver una especie de jóvenes X-Men, mejor no hablo.