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Voto de Ford Farleine:
4
5,3
6.635
Animación. Comedia. Infantil Turbo es un caracol de jardín con un sueño imposible: convertirse en el caracol más rápido del mundo. Cuando un extraño accidente le da el poder de la súper-velocidad, Turbo intentará cumplir su sueño. Primero se hará amigo de una peculiar pandilla de caracoles callejeros tuneados y obsesionados con la velocidad, y allí Turbo aprenderá que nadie llega a tener éxito por sí solo. Así que coloca su corazón y su concha en la línea de salida ... [+]
15 de febrero de 2015
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los films de animación han bordado lo sublime, la verdad. Eso se lo debemos a la irrupción de Pixar que ha hecho que el nivel suba y ha hecho que las demás productoras se pongan las pilas. Pero, a veces, la línea que separa lo sublime de lo ridículo es demasiado fina y traspasarla puede ser demasiado fácil.
Y a veces ocurre: hacer que un ratón ayude a cocinar a un simple pinche y lo convierta en el mejor cocinero del mundo, si se hace bien (que se hizo en “Ratatouille”), es descacharrante; hacer que unos animales se paseen por todo el océano, piloten aviones y conduzcan barcos ya es difícil de digerir aunque superó los inconvenientes (en la saga “Madagascar”); pero ya hacer que un caracol se convierta en un bólido por arte de birlibirloque, se apunte a la carrera de las 500 millas de Indianápolis y encima compita con coches de Fórmula 1 o Náscar (lo mismo me da), a mí me da que puede considerarse como algo excesivo, esto ya es pasarse. Que no se me entienda mal: las películas animadas me encantan (las buenas) y disfruto con sus historias llenas de aventuras y fantasía, adoro perderme en su mundo lleno imaginación, como en “Los increíbles”, las primeras “Shrek” o “Bichos” y, sobre todo, “Toy Story”, pero la gracia es que en todas ellas la separación entre el mundo humano y el de los personajes está más o menos separado con mayor o menor fortuna y aquí no ocurre eso. Es decir, aunque tomemos una de las peores pelis de Pixar como es la segunda de “Cars”, o “Aviones” de Disney, vemos que en ellas se respetan algunos cánones básicos: el mundo de los coches, pues el mundo de los coches, ellos son los protagonistas, para bien y para mal, o los aviones no se mezclan elementos que no casan ni de coña, no se ha visto una idea más ridícula que la de un caracol que compita en una carrera de coches. Esta es una de las razones por la que es bastante decepcionante, en mi opinión. No hay que tomar a los niños por tontos y esa es la principal tara del film.
Además, está llena de clichés, tópicos y con unos personajes de lo más estereotipados, en este sentido, la familia mejicana que hace tacos es directamente para echarse a gritar; con algunas escenas que pretenden ser graciosas y cómicas pero que ni a los más chiquitines les producen una risotada. Eso sí, técnicamente es ejemplar (lo mínimo que se le puede decir).
Ford Farleine
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