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Voto de Green Dream:
10
8,1
24.633
Drama
Elisabeth (Liv Ullmann), una célebre actriz de teatro, es hospitalizada tras perder la voz durante una representación de "Electra". Después de ser sometida a una serie de pruebas, el diagnóstico es bueno. Sin embargo, como sigue sin hablar, debe permanecer en la clínica. Alma (Bibi Andersson), la enfermera encargada de cuidarla, intenta romper su mutismo hablándole sin parar. (FILMAFFINITY)
4 de enero de 2010
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ésta es una película en la que la que tenemos dos personajes principales: Elisabet Vogler, una actriz de teatro, casada y con un hijo; y Alma, una enfermera psiquiátrica, prometida y sin hijos.
Al principio su relación es fría, pero eso da un giro radical cuando van a la costa, donde intentarán demostrarse cuál es la más fuerte de las dos.
La fotografía es de las mejores jamás hechas. Sven Nikvist aprovecha el blanco y negro para mostrar exquisitos claroscuros, especialmente en los primeros planos de las protagonistas.
Al principio su relación es fría, pero eso da un giro radical cuando van a la costa, donde intentarán demostrarse cuál es la más fuerte de las dos.
La fotografía es de las mejores jamás hechas. Sven Nikvist aprovecha el blanco y negro para mostrar exquisitos claroscuros, especialmente en los primeros planos de las protagonistas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
La película es un proceso en el que tanto Alma como Elisabet van metiéndose una dentro de la otra, hasta llegar a la horripilante escena en la que los rostros se funden. Ingmar Bergman creía que cada persona tiene una parte del rostro más agraciada que la otra y, en este caso, se mostraban las partes feas de ambas actrices.
Otra escena increíble es la que hay justo después de este fotograma, filmada con exquisitos claroscuros:
Elisabet está vestida de negro, sentada al lado de una mesa. Oímos la puerta que se abre. Es Alma la que entra. Ha recuperado su uniforme. Le dice a Elisabet que ha aprendido mucho, pero que nunca será cómo ella, porque cambia todo el tiempo. También le dice que nada de lo que Elisabet haga le afectará
Alma, tras pasarse las manos por el cabello, las mueve nerviosamente encima de la mesa y se cubre la cara con el delantal, que termina retirando muy despacio. Intenta hablar, pero lo que dice es incoherente. Continúa su monólogo entre llanto. Elisabet, un tiempo más tarde, empieza a chuparle la sangre y Alma la abofetea después mientras grita tristemente.
Volvemos al sanatorio. Alma coge a Elisabet y le obliga a repetir la palabra "Nada". A partir de ahora, ninguna de las dos volverá.
Entramos en la morgue y volvemos a ver al niño. ¿El hijo no deseado de Elisabet? ¿El feto abortado de Alma? Se apaga el proyector. Oscuridad total.
Otra escena increíble es la que hay justo después de este fotograma, filmada con exquisitos claroscuros:
Elisabet está vestida de negro, sentada al lado de una mesa. Oímos la puerta que se abre. Es Alma la que entra. Ha recuperado su uniforme. Le dice a Elisabet que ha aprendido mucho, pero que nunca será cómo ella, porque cambia todo el tiempo. También le dice que nada de lo que Elisabet haga le afectará
Alma, tras pasarse las manos por el cabello, las mueve nerviosamente encima de la mesa y se cubre la cara con el delantal, que termina retirando muy despacio. Intenta hablar, pero lo que dice es incoherente. Continúa su monólogo entre llanto. Elisabet, un tiempo más tarde, empieza a chuparle la sangre y Alma la abofetea después mientras grita tristemente.
Volvemos al sanatorio. Alma coge a Elisabet y le obliga a repetir la palabra "Nada". A partir de ahora, ninguna de las dos volverá.
Entramos en la morgue y volvemos a ver al niño. ¿El hijo no deseado de Elisabet? ¿El feto abortado de Alma? Se apaga el proyector. Oscuridad total.