La superproducción Salt nos devuelve a Angelina Jolie como heroína de acción, convirtiéndose ya en icono de las chicas duras tras tener en su filmografía bastantes pasos por el género.

Esta cinta que bebe claramente de la trilogía Bourne en su base argumental, agente valoradísimo que se ve perseguido por su organización secreta y que se mueve entre el filo y la pared. La diferencia con Bourne está en el personaje principal y es que este coquetea mucho más entre los dos bandos y el espectador no llega a estar del todo identificado con ella.

Una película más de acción, que contiene una rápida narración y un montaje visual y sonoro frenético que aportan lo que mínimamente se le pide a una cinta de acción contemporánea, pero el proyecto no se sale de esa corrección.

Aunque contiene triquiñuelas y giros agarrados con pinzas, funciona para los fans de la acción y sin duda Angelina se siente muy cómoda y lleva todo el peso de esta superproducción con un notable trabajo.