Candyman vuelve a la pantalla con una historia adaptada racial adaptada a nuestros tiempos que sirve además de llamamiento contra el abuso de poder de clase.

Sangre y misterio para una película de terror, que tiene un buen comienzo dejando entrever lo que serán los próximos minutos, empieza a correr la sangre y parece que van a llegar las carreras, pero no, se pierde durante algunas escenas entre el romanticismo social y personal, para acabar con una explosión de adrenalina.

No es lo mejor de esta franquicia, pero está aceptablemente adaptado y da más atractivo visual que otras del género que tienen mayor éxito.